Los prolongados apagones que afectan a toda Cuba han sumido a la población en una incertidumbre constante, agravando las dificultades diarias por la crisis económica que afecta a la isla y la escasez de alimentos y productos de primera necesidad.
“Te puedes quedar con una comida a la mitad, con un arroz que no es bueno y que además se te echa a perder y hay que botarlo”, explicó a Martí Noticias María Elena Mir, una cubana residente en el municipio Guanabo, en La Habana.
El miedo a perder los pocos alimentos a los que pueden acceder es una preocupación constante para los cubanos, que este fin de semana tuvieron cortes de electricidad de unas 16 horas promedio.
Según Mir Marrero, el problema no está solo en la comida sino también con los medicamentos, que en la mayoría de los casos son adquiridos en el mercado ilegal a precios elevados.
“Las medicinas tienen un costo muy alto y la compras porque realmente la necesitas”, indicó.
La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) informó que el sistema eléctrico contaba el lunes 30 de septiembre con una capacidad disponible de 1890 megawatts frente a una demanda de 2610 megawatts, dejando un déficit de 740 MW. Varias plantas generadoras están averiadas como la unidad 6 del Mariel, la unidad 2 de Felton y la unidad 5 de Renté, mientras otras unidades se encuentran en mantenimiento. Además, 47 centrales de generación no están operando por falta de combustible, agravando aún más la situación.
En Camagüey, los apagones son como “permanentes”, según la activista Ienelis Delgado.
"Son de 12, 14, 15 y hasta 16 horas. Desde las 6 de la mañana hasta las 8 o 9 de la noche. Te la quitan también por la madrugada”, relató Delgado.
"La situación es aún más complicada porque muchas familias dependen de la electricidad para cocinar, y el suministro de gas licuado es limitado. Ahora mismo en Camagüey en ningún punto de gas licuado están vendiendo porque supuestamente no hay”, agregó.
El periodista independiente Jose Luis Tan Estrada hecho varias denuncias en las redes sociales sobre los extensos cortes eléctricos que están sufriendo en esa ciudad. En uno de ellos expresaba: "No se puede soñar en un país en el que no se puede dormir".
La crisis energética también afecta directamente los servicios de salud. En el policlínico de la localidad de Najasa, en Camagüey, los apagones ponen en riesgo la atención médica. Una enfermera, que prefirió no identificarse, explicó a Martí Noticias que, aunque cuentan con una planta eléctrica, no pueden usarla toda la noche debido a la escasez de combustible.
“Ahora mismo tenemos una paciente en estado terminal que pasó toda la noche a oscuras. Estábamos vacunando a niños pequeños con asma usando las luces de los celulares”, relató la enfermera a Martí Noticias.
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