A un año de su fallecimiento, el fantasma de Fidel Castro protagoniza el día a día de los cubanos de la isla. Los actuales gobernantes, encabezados por su hermano Raúl, se aprovechan de la imagen del Comandante en Jefe para, entre otras cosas,mantener vivo el espíritu de movilización entre la ciudadanía.
No obstante haberse dicho a raíz del deceso del ex máximo líder que no habría estatuas ni bustos dedicados a él, y que su nombre no se daría a ninguna entidad pública, lo cierto es que en vallas, pancartas, y espacios colectivos, su imagen y pensamiento aparecen en cada rincón de la isla.
A las puertas de cada centro de trabajo se yergue una foto del antiguo gobernante, acompañada de su concepto de Revolución, algo así como una especie de biblia que guíe el comportamiento de cada uno de los simpatizantes del régimen. Un concepto de Revolución que, además, fue llevado a lugares públicos en los días que siguieron a la muerte de Castro, con el objetivo de que lo firmaran los adeptos al gobierno.
A los jóvenes que formaron la delegación cubana que participó en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en la ciudad rusa de Sochi, se les orientó que dedicaran sus actividades a la memoria de Fidel Castro. De igual manera, el hermano menor arengó a la población para que acometieran las labores de recuperación tras el paso del huracán Irma basados en el espíritu de su hermano mayor.
También en la manera de actuar del General-Presidente es fácil advertir las huellas del antaño hombre fuerte de la isla. Porque como mismo Fidel Castro le impuso trabas al trabajo por cuenta propia a partir de 1996, como parte de una política que frenara las reformas pro mercado, ahora Raúl Castro decidió restringir ese tipo de labor no estatal, al suspender la entrega de nuevas licencias para varias ocupaciones, unas de manera temporal, y otras definitivamente. No hay dudas de que el raulismo representa más continuidad que ruptura.
Como colofón, el oficialismo anuncia, con motivo del primer aniversario de su desaparición física, una jornada de nueve días de homenajes al hombre que durante más de medio siglo gobernó con mano de hierro a los cubanos. La jornada, prevista del 25 de noviembre al 4 de diciembre,incluye matutinos especiales en los centros laborales, presentaciones de libros y documentales, vigilias en universidades, así como una velada político-cultural en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo de Santiago de Cuba.
El 4 de diciembre, fecha que coincidirá con el depósito de las cenizas de Castro en el cementerio de Santa Ifigenia, habrá una peregrinación hasta ese sitio.
