Los cubanos que viven en una situación de desventaja social y económica en la isla, y no tienen ayuda de familiares en el exterior, serán los menos beneficiados por las nuevas medidas migratorias anunciadas el jueves por Estados Unidos, dijeron residentes en la isla a Radio Televisión Martí.
“Estas medidas nuevas de la Administración demócrata con relación a la migración tienen su lado positivo, que es evitar el desorden migratorio, que va en aumento y es una amenaza para la estabilidad de Estados Unidos, y el lado negativo es que por ahí solo van a poder aplicar los que tengan poder adquisitivo. Aquí hay mucha gente que necesitan irse porque son perseguidos, reprimidos. Esas gentes no tienen recurso”, indicó el escritor Frank Correa, quien asegura que ha visto decenas de salidas de balseros en Jaimanitas, La Habana.
“Lo que hay es mucha incertidumbre. Los cubanos siguen aferrados a cualquier esperanza, cualquier sueño de libertad”, añadió.
La normativa admitirá que entren cada mes a Estados Unidos 30 mil cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, a través de un programa de acogida que les permitirá residir de manera legal en el país hasta dos años, y recibir permiso para trabajar durante ese período.
Pero los migrantes necesitarán un patrocinador en suelo estadounidense que responda por ellos.
“El que no pueda escapar, que son los ancianos, los que no tengan dinero ni un familiar afuera, son los que tendrán que seguir viviendo bajo la bota de este régimen”, dijo la activista camagüeyana Marisol Peña Cobas.
En su opinión, “sería mejor cerrar completo y no darle visa a ningún cubano, para que luchen la libertad aquí dentro, que es donde tenemos que ser libres".
"Nosotros tenemos que ser libres y prósperos dentro de nuestro país, porque mientras el cubano tenga una vía para huir, va a seguir huyendo”, recalcó la activista.
Miles de cubanos están varados en países como Panamá o México, sin ninguna vía legal para buscar protección y en medio de rutas migratorias peligrosas, en las que pueden ser presa de extorsionadores.
“Hay muchos cubanos -conozco a varios- que se han ido y están en tránsito. Se han embarcado, gente que han vendido su casa, que lo han vendido todo y no han entrado, no han llegado a la frontera aún, y están muy preocupados porque los vayan a devolver para acá, porque aquí ¿qué van a hacer? No tienen nada”, señaló el periodista independiente Héctor Julio Cedeño Negrín, desde Banes, Holguín.
“Pero la gente sigue haciendo planes y creen que no van a deportar a los cubanos, y otros pensando en buscar otros lugares por donde entrar a Estados Unidos, por desiertos, brincar los muros, la cerca”, se alarmó el comunicador.
Cualquier intento para evadir los controles e ingresar al país será penalizado con una prohibición de entrada por cinco años y la imposibilidad de regularizar su estatus migratorio.
En el año fiscal 2022, que culminó el pasado 30 de septiembre, unos 220.000 cubanos fueron detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México.
“Esta medida no beneficia al pueblo en lo absoluto. Las personas comentan que el éxodo ha sido una estrategia del régimen para evitar una explosión social, para poder paliar la situación interna que vive esta nación”, lamentó José Antonio Piña, residente en El Cristo, Santiago de Cuba.
La nota divulgada por la Administración Biden especifica que el objetivo de las nuevas medidas es "mejorar la seguridad de las fronteras, limitar la inmigración irregular y crear procesos adicionales, seguros y ordenados para que las personas que huyen de crisis humanitarias puedan llegar legalmente a Estados Unidos".
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