El 31 de mayo, dos meses después de empezar la temporada, los Mets de Nueva York estaban 11 juegos por debajo de la marca de .500.
Poco más de cuatro meses después, están a cuatro victorias de avanzar a la Serie Mundial por sexta vez en su historia.
Todo cambió a partir de la llegada al equipo del cubano José “Candelita” Iglesias, convertido en un arma secreta que revolucionó la mecánica de los Mets, no sólo por la fama defensiva que lo precedía, sino por un bateo abundante y oportuno, pero, sobre todo, por la alegría y liderazgo que llevó al dugout de un equipo que parecía destinado simplemente a completar el calendario e irse de vacaciones.
Cantante de música urbana a medio tiempo, Candelita ocupó el primer lugar en la lista de éxitos latinos de Billboard con el tema “Oh, My God”, que se convirtió en un himno de esperanza para los fanáticos de los Mets, quienes adoptaron las siglas OMG como símbolo de tantas increíbles victorias que metieron al equipo en la postemporada.
Ahora acaban de dejar en el camino a los poderosos Filis de Filadelfia, favoritos a ganarlo todo en el 2024, y esperan por los Dodgers de Los Angeles o los Padres de San Diego para disputar la corona en la Liga Nacional.
Un jonrón con bases llenas del puertorriqueño Francisco Lindor en el sexto episodio decidió el partido, cuando los Filis ganaban una carrera por cero.
Con su batazo, Lindor se ratifica como el principal motor de la ofensiva del equipo a lo largo de todo el año, al extremo que muchos en la Gran Manzana lo ven por delante del japonés Shohei Ohtani en la lucha por el premio de Jugador Más Valioso del viejo circuito.
Todas las victorias de los Mets en la postemporada las consiguieron con remontadas épicas, tanto las dos sobre los Cerveceros de Milwaukee en la serie de comodines, como las tres ante Filadelfia en la divisional.
Las únicas dos veces que Nueva York salió delante en el marcador, perdió, así que sus triunfos parecen venir con el sufrimiento incluido.
Los Mets tuvieron que jugar con la intensidad y el sentido de urgencia de los playoffs desde los finales de la campaña regular.
Hay que recordar que el lunes 30 de septiembre, cuando todos los demás equipos habían concluido su calendario regular, Nueva York tuvo que jugar doble cartelera con los Bravos de Atlanta para definir los dos últimos boletos a la postemporada.
Para ellos, fueron playoffs adelantados, el día en que los otros clasificados estaban libres y preparándose para la batalla de octubre.
Batazos épicos de Lindor, de Iglesias, de Pete Alonso, Brandon Nimmo y de Mark Vientos, junto con grandes actuaciones monticulares de los zurdos José Quintana, David Peterson y Sean Manaea, han marcado la tónica en la postemporada de estos increíbles Mets, que parecen decididos a no parar hasta la Serie Mundial.
Sean los Dodgers o los Padres sus rivales en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, ya saben lo que les espera.
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