Cientos de familias de presos políticos cubanos han denunciado en el último mes que sus seres queridos se encuentran en precarias condiciones, sin alimentos ni medicamentos y, en muchos casos, y recibiendo abusos por parte de la guarnición de las cárceles, por órdenes de la policía política.
“Nosotros el mes este que paso entrevistamos 230 familiares de presos. En primer lugar, las familias todas se quejan de que los presos no tienen comida prácticamente en la prisión...dos cucharadas de arroz y chícharos con agua en algunas ocasiones, y muchos presos están desnutridos, como es natural”, dijo a Martí Noticias, la supervisora del Centro de Derechos Humanos en Cuba, Martha Beatriz Roque Cabello.
La opositora mencionó numerosos trasladados para penales lejos de sus provincias de residencia como castigo, al dificultar las visitas familiares.
Roque Cabello resaltó la situación del preso político y activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Eider Frómeta Allen, preso desde el 2019. Al residente de Guantánamo lo tenían encarcelado en el penal de Kilo 8 en Camagüey; recientemente fue trasladado para el Combinado de Guantánamo, pero hace seis días lo sacaron de allí y fue enviado para el penal de Boniato, en Santiago de Cuba.
Sobre la falta de medicamentos, destacó la precaria la situación del condenado por participar en el estallido popular del 11 de julio de 2021, Marlon Noval Alonso, quien cumple 10 años en la prisión de Guanajay, en la provincia de Artemisa, es bipolar y tiene trastornos psiquiátricos.
El reeducador, un oficial a quien identifican como "Larry", le negó la posibilidad de ir al médico, y se encuentra sin medicamentos, entre estos la thioridazine, un antipsicótico que se usa para tratar la esquizofrenia, los trastornos psicóticos y depresivos, entre otros.
El reporte del Centro de Derechos Humanos en Cuba también recoge los testimonios de presos políticos que han sido maltratados físicamente, en la mayoría de los casos, por presos comunes que laboran para la oficialidad de los centros penitenciarios.
“La severidad con que son tratados los presos, nosotros hemos hecho una recopilación de presos a los cuales se les ha dado golpes, y creo que eso es algo que ya pasa de castaño oscuro, hemos visto presos de 60 y pico de años golpeados, presos jóvenes golpeados, un preso con el tabique roto, por ejemplo al mismo Jorge Bello, lo tiraron contra una pared y le echaron en la cara spray, le ocasionó un problema en un oído. La sensación que se puede tener de todo esto, es que cada vez hay un incremento de la represión contra los presos políticos dentro de las prisiones”, afirmó la supervisora.
Luis Frómeta Compte, de 61 años de edad, también condenado por su participación en las protestas populares, recientemente tuvo que ser internado en el hospital habanero Calixto García, porque fue agredido físicamente por un grupo de reclusos comunes que operan bajo las órdenes de los directivos del penal Combinado del Este, el hecho ocurrió el 30 de noviembre.
Roque Cabello también se refirió a la negación de los derechos al régimen de mínima severidad, como correspondería según el Código Penal Cubano, a la mayoría de los presos políticos que mantienen una postura antigubernamental.
“Y a los presos políticos no les quieren dar ningún tipo de beneficio, sobre todo aquellos que sus familiares se pronuncian en las redes, y que ellos, a su vez, también se pronuncian en las redes. Estos presos no tienen ningún tipo de beneficio y mucho menos lo van a tener”, afirmó la opositora.
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