Aurora Tejeda Rodríguez va a cumplir 62 años y se siente con más fuerza que nunca. Quiere seguir tras el rastro de los policías que ella considera están implicados en el asesinato de su hijo Antonio Leyva Tejeda.
Antonio tenía 39 años y fue asaltado por seis jóvenes que el 12 de octubre de 2014 le robaron el teléfono celular, pero cuando llegó el auto patrullero se lo llevaron preso solo a él. Lo condujeron al hospital, y como nada más presentaba una magulladura en el codo lo llevaron a los calabozos de la unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) conocida como “Parque 24”, de la ciudad guantanamera.
Aurora pidió hablar con el programa Contacto Cuba, de Radio Martí, cansada de ser peloteada y ninguneada por la Fiscalía Militar, el Comité Provincial del Partido Comunista, la Delegación del Ministerio del Interior (MININT) y el mismísimo Consejo de Estado de la República de Cuba. Asegura que allí “me preguntaron que ¿dónde yo había oído que a un ciudadano el presidente de la república le daba una entrevista?”
Martí Noticias ha recibido de manos de esta madre cubana una copia de la “Apelación a la Resolución de Sobreseimiento. Expediente 196/2014”, dirigida al coronel Ernesto Eloy Reyes Delgado, Jefe de la Fiscalía Militar de Guantánamo. La carta está fechada el 11 de Septiembre del 2015.
Aurora afirmó a este medio de prensa que ella está segura del paso que ha dado –es sabida la aversión con que las autoridades de la isla toman las denuncias que publica Radio Martí-, que no quiere implicar a más nadie en su familia, sin embargo cree que ya no tiene frenos: “Yo, si tengo que arar el mar y secar la tierra, lo voy a hacer, pero tengo que encontrar la verdad. Ese es mi único hijo”.
Leyva: casi dos años de una muerte sin aclarar
Las declaraciones de varios policías, del chofer que lo condujo hasta el hospital provincial “Agostinho Neto” y el certificado médico que le expidieron en la instalación sanitaria no coinciden.
“Yo, si tengo que arar el mar y secar la tierra, lo voy a hacer, pero tengo que encontrar la verdad. Ese es mi único hijo”.
Los galenos afirman que Leyva Tejeda presentaba ‘Código amarillo’, es decir, que –en ese entonces- “puede valerse por sí mismo y no necesita tratamiento médico”. La prescripción expedida a las 3:10 am del 12 de octubre de 2014 refiere que solo tiene una contusión en el codo.
Pero la suerte del hombre de 39 años, y padre de dos menores de edad, cambiaría totalmente al llegar a la unidad policial. Según Aurora, ella estuvo allí cuatro veces y en las cuatros ocasiones el investigador de apellido Pelegrín le negó que Antonio estuviera ahí. Le indicó que esperara 24 horas para entrevistarse con el Jefe de la Unidad, entonces ella detectó una anomalía que le intrigó bastante: “lo pusieron en el Sistema, pero no en el registro en Carpeta”.
El 13 de octubre a las dos de la mañana me llaman, que yo fuera en el carro de mi casa, porque en la policía había dos carros que no tenían gasolina”, afirma la mujer y detalla que mientras conversaba con los oficiales en la recepción, sacaron a su hijo por detrás.
“Ya estaba engarrotado, sin conocimiento”, se lamenta la mujer: “Lo tenían ahí desnudo, defecado un día entero como si fuera un animal salvaje, echándole agua con una manguera y lavándolo con una escoba. Ahora me pregunto: ¿Quién fue que me torturó a mi hijo? ¿Por quién es que hoy yo no lo tengo y gozo junto a él y sus niños como otro padre? ¿Quiénes son los culpables entre tantos?”.
En el juicio celebrado el 19 de marzo de 2015, se supo que dos de los jóvenes, entre los seis agresores de la calle, eran soldados del Servicio Militar General, y por eso el caso fue tomado desde un principio por Fiscalía Militar.
Un testigo citado por Aurora en la carta de apelación es la principal acusación de esta mujer contra los funcionarios de la PNR, pero éste no fue aceptado por el cuerpo de justicia de los militares.
Se trata de Leonel Núñez López, que en el expediente de 343 páginas aparece registrado en el folio 342, y declaró que: “entre los 23 detenidos que estaban ahí, él se encontraba en la celda de al lado y oyó de dos a tres de la mañana aproximadamente como le daban con bastones, patadas, puñetazos a un individuo. Plantea que los guardias le entraron a empujones, y que el reo se quejaba de dolor y que se cayó al suelo, y a poco rato dejó de quejarse y se durmió, y que a la hora de desayunar vio en la celda que se encontraba Antonio, que estaba desnudo”.
Las citas que hace la señora Tejeda Rodríguez en su carta de apelación son demoledoras. Recuerda haberse entrevistado con el Director Provincial de Salud Pública Provincial, Dr. Javier Pérez Azahares, el día 10 de julio de 2015 a las 11:00 am. (Allí) “…certifican que mi hijito llegó con CODIGO AMARILLO a las 3:10 am del día 12/10/2014 (domingo) al hospital, llegó caminando y salió caminando, que el mismo no tenía las lesiones con que regresa el día 13/10/14”.
“Que paguen los que mataron a mi hijo”
Antonio Leyva murió el 19 de octubre, tras una operación sin éxito que se le practicó una semana antes, debido a un coágulo de sangre en la cabeza.
La carrera por buscar a los asesinos de su hijo llevó a Aurora a enviar cartas por doquier, como suele hacerse en Cuba para intentar abrir alguna puerta. “El mismo día 14 (de octubre de 2014) empiezo a hacer mis gestiones, a denunciar a la policía por tortura y asesinato. Entrego documentos en el Partido, al delegado del MININT, y a los tres días me entregan el celular y la billetera, que casualmente en la policía le robaron el dinero, que fue la fiscalía que lo detectó”, señala.
En un principio había 36 agentes implicados, luego la cifra bajó a 11 y actualmente solo quedan 5 (uno fallecido, ahogado en un río de la localidad). La lucha de esta mujer es porque la Fiscalía Militar ha decidido juzgarlos en un tribunal de honor, lo que significaría solo un descenso en el grado militar.
“Como yo le escribí a Ceiro, anterior Fiscal General, a Raúl (Castro), yo lo que quiero es justicia, para que otra madre no pase esto. Yo sé que no voy a tener más a mi hijo adorado, (llora), yo sé que no lo voy a tener. Yo quiero que el culpable pague y que me hagan saber quién fue el que me mató a mi hijo”, recrimina.
Los jóvenes que golpearon a Antonio Leyva en la calle cumplen sanciones de hasta 20 años de cárcel por el delito de asesinato. Aurora Tejeda Rodríguez reside en el 2 Oeste No. 257, entre 7 y 8 Norte Guantánamo.
Puertas cerradas a la prensa
Martí Noticias intentó, de manera reiterada conversar con oficiales de la referida unida policial, y manifestaron que ya esos oficiales no laboran en esa entidad. Se trata de Yahiris Matos, Goire Nápoles, TTe. Oscar Jay, Néstor Bobadilla y Yolexis Cabrera.
En el caso de la Fiscalía Militar en Guantánamo, el Oficial de Guardia que responde al nombre y grados de Tte. Arias, aseguró que el fiscal Ernesto Eloy Reyes no trabaja en esa fiscalía desde febrero del presente año, cuando pasó al mismo cargo, pero en la Provincia Santiago de Cuba.
El mismo oficial Arias dijo que el Coronel Hernán Leyva Escalona, que estuvo al frente del tribunal en el caso de la muerte de Antonio, pasó a retiro. Así mismo expresó que no pueden ofrecer entrevistas telefónica, sino de manera personal, in situ.