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Maduro, El Fullero


Foto Archivo. AFP
Foto Archivo. AFP

La situación que padece Venezuela no tiene precedentes en el hemisferio. Poderes públicos enfrentados, represión política, crisis alimentaria y de producción, alta inflación y una elevada criminalidad junto a otros factores negativos que sumados a la corrupción existente, amenazan con agudizar los graves problemas de gobernabilidad que padece el país, que de concretarse, podrían conducir a una guerra civil, al caos y hasta el quiebre del Estado, porque la corriente golpista tiene más de pandilleros que de fuerza política.

A Nicolás Maduro no le ha sido suficiente el régimen de corrupción que ha entronizado y ha usurpado la Presidencia, propinando un golpe a la Constitución por el apoyo que le han manifestado las fuerzas armadas. El déspota honra la tradición de su mentor Hugo Chávez y del fuhrer de todos, Fidel Castro, que derrocó al presidente Manuel Urrutia a menos de siete meses de gobierno.

El atropello a la Constitución ha motivado una enérgica respuesta por el único poder del Estado que cuenta con legitimidad, la Asamblea Nacional, que en la sesión ordinaria de este martes 15 de enero aprobó por mayoría declarar que la Presidencia de la República ha sido usurpada, recurriendo a lo establecido en la Carta Magna que dispone que la Presidencia corresponde al diputado que presida la Asamblea que en este caso es el legislador Juan Guaidó.

Otras disposiciones como rendirle un minuto de silencio a la memoria de Oscar Pérez y los seis que junto a él cayeron combatiendo el despotismo, al igual que decidir que los actos y decisiones de Maduro y sus ministros son nulos y hasta legislar sobre una amnistía para aquellos funcionarios, incluído militares, que se rebelen contra el régimen, son factores que elevan el nivel de rebeldía de la legislatura.

El escenario demandaba una pronta actuación de los líderes de la oposición ya que el chavismo y su heredero mayor Nicolás Maduro, han demostrado tener una obsesiva vocación autoritaria junto a la intención de conducir el Socialismo del Siglo XXI a replicar el socialismo real castrista, un método que instrumenta férreos mecanismos de control con el fin de establecer una rígida dictadura.

Además la influencia y manejo del castrismo sobre los cuerpos represivos, institutos armados y la administración general del país, es una aberrante realidad equiparable con las que imponen los ejércitos de ocupación. Venezuela esta supeditada a la voluntad del gobierno de Cuba, una situación que ha sido numerosas veces denunciada. El propio arresto de Guaidó, verdadero presidente de la República, más allá de quien ordenó su detención, cae en la práctica castrista de “represión de baja intensidad”, al igual que el creciente control que el chavismo intenta imponer en las redes sociales para limitar más los derechos de la ciudadanía a la libre expresión e información.

Maduro, a pesar del despotismo de su gobierno y de una represión continua contra la sociedad civil, no ha sido capaz de impedir que el país se sumerja inexorablemente en la anarquía, mientras la comunidad internacional insiste consistentemente en proclamar a la Asamblea Nacional como elúnico Poder que representa legítimamente al Pueblo venezolano.

Por su parte la Asamblea Nacional, criticada por ciertos sectores de la oposición por no haber instrumentado acciones más drásticas contra el ejecutivo, está actuando en consecuencia con sus prerrogativas, afectando al chavismo en su raíz, motivo suficiente para que la banda que hasta elmomento usurpa el poder, recurra a la fuerza para acabar con sus retadores.

Es de suponer que las recientes amenazas del golpista de que quienes vayan en su contra enfrentaran a la justicia no sean triviales. Son muchos los intereses en juego y los problemas que enfrentaría el chavismo si pierden el poder, razón por la cual la ciudadanía venezolana debería estar en alerta máxima para respaldar a los diputados que están dispuesto a rescatar la soberanía popular de manos de los depredadores que por casi 20 años han explotado al país a fondo.

La reacción internacional contra los desmanes de Nicolás Maduro tampoco tiene precedentes. La comunidad de naciones demuestra estar empachada de este peligroso patán, y sin restarle importancia a un respaldo tan significativo, es prudente que el pueblo se aliste para enfrentamientos cruentos que ojala no se produzcan, pero, en guerra avisada la derrota delenemigo es más segura.

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    Pedro Corzo

    Pedro Corzo, Santa Clara, 1943. Trabajó en Radio Martí desde 1998 hasta el 2021. Conferencista y escritor. Residió en Venezuela durante doce años y colaboró allí en varios medios de información.

    Es presentador del programa Opiniones de WLRN, Canal 17 y columnista de El Nuevo Herald. Ha producido varios documentales históricos, entre ellos Zapata, Boitel y Los Sin Derechos.

    Entre sus libros se cuentan Cuba, Cronología, Perfiles del Poder, La Porfía de la Razón, Guevara Anatomía de un Mito,  Cuba, Desplazados y Pueblos Cautivos y El Espionaje Cubano en Estados Unidos. 

    En mayo del 2017 recibió la Medalla de la Libertad que otorga el gobernador del estado de la Florida.

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