Tras protagonizar una desafortunada polémica en la Copa del Mundo, Diego Armando Maradona llegó a Bielorrusia este lunes para comenzar el último capítulo de su colorida carrera.
El ganador de la Copa Mundial con Argentina en 1986 insistió en que su nuevo papel como presidente del Dinamo Brest es "muy serio" y dijo que espera que su presencia ayude a que el deporte de Bielorrusia "mejore cada día".
El exfutbolista de 57 años también expresó su deseo de reunirse con el autoritario presidente bielorruso Alexander Lukashenko, y se vanaglorió de su cercanía con exlíderes de izquierda.
"Tengo muy buenos recuerdos de Fidel Castro, (Hugo) Chávez y (Moamer) Kadhafi y también conozco a Putin", dijo el exnúmero 10 argentino en una conferencia de prensa, en la que enumeró a los exgobernantes de Cuba, Venezuela y Libia, y al actual presidente de Rusia.
"Ahora quiero hacerme una foto con Lukashenko", dijo Maradona sobre el antiguo jefe de una granja colectiva que ha gobernado al exestado soviético con un férreo control desde 1994.
"Espero que después de eso se convierta en nuestro fan", agregó el argentino. Lukashenko es conocido por ser un ávido jugador de hockey sobre hielo.
El argentino habló de su deseo de establecerse en Bielorrusia, que está ubicado entre Rusia y Ucrania, y los miembros de la Unión Europea Letonia, Lituania y Polonia, y dijo que no tenía miedo al frío.
También dijo que está planeando aprender ruso.
Maradona firmó un contrato de tres años en mayo y estaba listo para ver su primer partido como el presidente del equipo la noche del lunes contra el cuarto clasificado, Shakhtyor.
Dinamo Brest es sexto en la tabla de posiciones, justo antes del punto medio, en la temporada de la liga bielorrusa.
"Intentaremos crear un equipo que luchará por los mejores lugares", dijo el exganador del Balón de Oro, cuyo infame gol de "Mano de Dios" contra Inglaterra ayudó a Argentina a ganar la Copa Mundial de 1986.
Uno de los mejores jugadores de todos los tiempos quedó en ridículo en el Mundial de Rusia, al hacer un gesto obsceno desde el palco VIP para celebrar la dramática victoria de Argentina por 2-1 sobre Nigeria, que los envió a los últimos 16, recibiendo muchas críticas.
Incluso después de la salida de su país a manos de Francia, se las arregló para mantenerse en el centro de atención alegando que cambiaría la fortuna del equipo si lo nombraban entrenador. Luego fue reprendido por la FIFA tras despotricar sobre los árbitros tras la derrota de Colombia ante Inglaterra.
(AFP)
