Cinco derrotas en siete salidas es el saldo de los hombres que, guante y pelota en mano, estrenaron este año como manager al controvertido Ozzie Guillén, en tanto los gigantes de la NBA arrastran dos derrotas en sucesión, una en casa y otra como visitantes, a nueve fechas de su salida a los play off.
Y es precisamente un astro del tablero quien alimenta una polémica. “Hacemos muchas cosas por los Juegos (Olímpicos), como por ejemplo vender camisetas, y jugamos todo el verano… deberíamos tener una compensación. No tenemos descanso. Acaba la temporada y ya tenemos la concentración. Lo quieres hacer, pero eso castiga a tu cuerpo. No juegas por el dólar, pero estaría bien una compensación”, fueron declaraciones del escolta de Miami Heat, de 30 años Dwayne Wade.
La chispa la había prendido Ray Allen la estrella de los Celtics, de 37 años, al pedir que los jugadores que representen a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Londres cobren por ello, aunque él no está en la preselección. Después Wade, que sí aparece en los planes del equipo USA, refrendó las palabras de Allen.
Se dice que las palabras de Wade, que cobra 14 millones de dólares por temporada en Miami, han hecho enfadar al presidente de la federación americana, Jerry Colangelo. “Yo entendía que ir a los Juegos es una gran oportunidad y un privilegio”, comentó el directivo.
Pero en una temporada inusualmente corta, cuando los contratos se han visto afectados por el cierre patronal, parece que no todos piensan igual, como destaca también la prensa española, atenta a la actuación de sus nacionales en el mejor torneo del mundo.
Ciertos llamados al patriotismo inclinaron a Wade a dar una explicación a sus casi tres millones de seguidores en Twitter: “Respondí a una pregunta específica de un periodista sobre si los olímpicos deberíamos cobrar. Yo nunca pedí que me paguen por jugar. Me refería a que hay mucho negocio olímpico del que los deportistas no somos parte. Y eso es complicado. Pero mi amor por el juego y mi orgullo por Estados Unidos me motivan más que cualquier cantidad de dinero.”
Este hombre representó a su país en 2004, cuando ganaron el bronce, y después obtuvo el oro en Pekín 2008. “Ha sido siempre un honor formar parte de la familia olímpica estadounidense. Y espero volver a hacerlo este verano en Londres”, añadió.
Lo importante es competir, fue el lema que animó hace poco más de un siglo a los pioneros del olimpismo moderno, con el barón Pierre de Coubertein como romántico adalid. De 1896 a la fecha, de la Atenas del siglo XIX al Pekín del XXI, el deporte en el mundo dio un giro absoluto, ya no existen los atletas aficionados, pero si los hubiera, sus posibilidades de éxito serían ahora nulas en el concierto de los mejores del planeta.
La lid de la NBA puede alargarse hasta el 26 de junio, y dos semanas después comenzará la concentración de 19 jugadores comandada por Mike Krzyzewski. El baloncesto en Londres dará inicio el 28 de julio.
Cobrar o no cobrar, parece ser el dilema shakesperiano del momento. Atenazados hasta el límite de sus capacidades físicas, los astros del deporte, aunque millonarios, podrían tener razón cuando piden dinero adicional a cambio de exigirle más aún a su cuerpo, cuando otras competencias les alejarían por más tiempo del calor de sus hogares.
Tal vez, en una vuelta a sus inicios, el futuro inmediato sea testigo del regreso de los colegiales a los Juegos Olímpicos. O de una acrecentada pugna entre los que exigen mayores cifras en sus cuentas bancarias, y aquellos –imagino que una minoría—decididos a entregar hasta el último aliento por la bandera.
Y es precisamente un astro del tablero quien alimenta una polémica. “Hacemos muchas cosas por los Juegos (Olímpicos), como por ejemplo vender camisetas, y jugamos todo el verano… deberíamos tener una compensación. No tenemos descanso. Acaba la temporada y ya tenemos la concentración. Lo quieres hacer, pero eso castiga a tu cuerpo. No juegas por el dólar, pero estaría bien una compensación”, fueron declaraciones del escolta de Miami Heat, de 30 años Dwayne Wade.
La chispa la había prendido Ray Allen la estrella de los Celtics, de 37 años, al pedir que los jugadores que representen a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Londres cobren por ello, aunque él no está en la preselección. Después Wade, que sí aparece en los planes del equipo USA, refrendó las palabras de Allen.
Se dice que las palabras de Wade, que cobra 14 millones de dólares por temporada en Miami, han hecho enfadar al presidente de la federación americana, Jerry Colangelo. “Yo entendía que ir a los Juegos es una gran oportunidad y un privilegio”, comentó el directivo.
Pero en una temporada inusualmente corta, cuando los contratos se han visto afectados por el cierre patronal, parece que no todos piensan igual, como destaca también la prensa española, atenta a la actuación de sus nacionales en el mejor torneo del mundo.
Ciertos llamados al patriotismo inclinaron a Wade a dar una explicación a sus casi tres millones de seguidores en Twitter: “Respondí a una pregunta específica de un periodista sobre si los olímpicos deberíamos cobrar. Yo nunca pedí que me paguen por jugar. Me refería a que hay mucho negocio olímpico del que los deportistas no somos parte. Y eso es complicado. Pero mi amor por el juego y mi orgullo por Estados Unidos me motivan más que cualquier cantidad de dinero.”
Este hombre representó a su país en 2004, cuando ganaron el bronce, y después obtuvo el oro en Pekín 2008. “Ha sido siempre un honor formar parte de la familia olímpica estadounidense. Y espero volver a hacerlo este verano en Londres”, añadió.
Lo importante es competir, fue el lema que animó hace poco más de un siglo a los pioneros del olimpismo moderno, con el barón Pierre de Coubertein como romántico adalid. De 1896 a la fecha, de la Atenas del siglo XIX al Pekín del XXI, el deporte en el mundo dio un giro absoluto, ya no existen los atletas aficionados, pero si los hubiera, sus posibilidades de éxito serían ahora nulas en el concierto de los mejores del planeta.
La lid de la NBA puede alargarse hasta el 26 de junio, y dos semanas después comenzará la concentración de 19 jugadores comandada por Mike Krzyzewski. El baloncesto en Londres dará inicio el 28 de julio.
Cobrar o no cobrar, parece ser el dilema shakesperiano del momento. Atenazados hasta el límite de sus capacidades físicas, los astros del deporte, aunque millonarios, podrían tener razón cuando piden dinero adicional a cambio de exigirle más aún a su cuerpo, cuando otras competencias les alejarían por más tiempo del calor de sus hogares.
Tal vez, en una vuelta a sus inicios, el futuro inmediato sea testigo del regreso de los colegiales a los Juegos Olímpicos. O de una acrecentada pugna entre los que exigen mayores cifras en sus cuentas bancarias, y aquellos –imagino que una minoría—decididos a entregar hasta el último aliento por la bandera.