En marzo de 2003 decenas de cubanos fueron detenidos en varias provincias de Cuba, sus casas allanadas, los bienes confiscados y 75 de ellos -entre los que estuvo una mujer- enjuiciados en procesos espurios.
El hecho fue criticado a nivel mundial por reconocidas figuras de la política, de la cultura y por organizaciones defensoras de los derechos humanos.
La fecha comenzó a ser conocida por la Primavera Negra de Cuba.
La vida de los encarcelados y sus familias cambió repentinamente, pero también la de muchos cubanos que en ese momento no pertenecían a ningún grupo opositor y poco conocían del tema de los derechos humanos.
Sayli Navarro tenía 17 años cuando vio cómo a su padre, Félix Navarro Rodríguez, se lo llevaron preso sin haber cometido delito alguno.
Desde niña tuvo conocimiento de que su padre era un defensor de los derechos humanos y había estado en prisión por sus ideas políticas. Los acontecimientos de la Primavera Negra la obligaron a enfrentar una realidad que le cambió la vida, pero "me hizo más fuerte y capaz", aseguró a Radio Televisión Martí.
Maikel Norton Cordero, residente en Los Palacios, Pinar del Río, asegura que en marzo del 2003 apenas sobrepasaba los veinte años. "Yo era militante de la Unión de Jóvenes Comunistas, como la mayoría de los jóvenes de mi generación en esa época", apuntó.
Pero los arrestos de decenas de disidentes en marzo y el fusilamiento en abril de ese mismo año de tres jóvenes cubanos que intentaron escapar del país luego del secuestro de una lancha fueron “detonantes que hicieron cambiar mi posición ante el régimen cubano", dijo.
Para Norton "ver tanto abuso" contra los opositores juzgados y condenados por pensar diferente, y el crimen contra los jóvenes de la lanchita de Regla, lo hizo tomar partido a favor de la verdad, precisó.
Aunque en aquel momento no conocía de grupos opositores ni de los partidos independientes, comenzó a expresarse públicamente contra el régimen. Luego se relacionó con activistas de derechos humanos.
Detalló que en 2005 comenzó a militar en el Partido Republicano de Cuba, y a hacer periodismo independiente. A partir de ese momento ha sido perseguido y sufrido arrestos por su actitud contestataria que, asegura, “sigue siendo a favor de los derechos y la democracia en su país”.
María Mercedes Benítez Rodríguez, actual Coordinadora Nacional de Ciudadanos Observadores de Procesos Electorales en Cuba, vivía en 2003 en Palma Soriano, Santiago de Cuba, y no tenía vínculos con ningún grupo opositor, cuando supo de los arrestos de decenas de cubanos.
Después conoció a las Damas de Blanco y se interesó por su lucha.
"Entendí que si ellas tenían valor para salir vestidas de blanco, enfrentar la represión y reclamar la libertad de sus familiares, nosotros lo podíamos hacer también, y perdí el miedo", aseguró.
Un tiempo después se incorporó al partido Opositor Arco Progresista, y se mantiene inmersa en el trabajo a partir de las directrices de la organización con relación a los procesos electorales en Cuba.