La crisis sanitaria en Cuba para personas que viven con VIH/Sida está marcada por la escasez de tratamientos vitales y la indiferencia de las instituciones de salud, según testimonios recogidos por Martí Noticias.
Evelyn Pineda, activista y residente en Guanabacoa, La Habana, enfrenta esta realidad con un desafío doble: tanto ella como su hijo de ocho años son pacientes de VIH. El menor, además, padece displasia cortical, una grave condición neurológica que provoca epilepsia y parálisis parcial.
Recientemente, un neurólogo del Hospital Pediátrico de Centro Habana le informó a Pineda que no estaban disponibles los medicamentos necesarios para tratar al niño.
“Me dijo: ‘Mamá, el medicamento no lo tengo yo en mis posibilidades. Si quiere, vaya para la Plaza de la Revolución o a algún lugar donde le den respuesta, porque aquí no está entrando el medicamento’. Y el niño está en crisis, convulsionando casi todos los días”, relató la mujer.
Ante la imposibilidad de trasladar a su hijo debido a la falta de transporte, Pineda acudió a la Dirección Municipal de Salud de Guanabacoa, donde recibió una respuesta similar: “Dicen que no tienen transporte ni combustible para llevarnos al hospital. Hace tres meses que no pueden movernos”.
La activista explicó que tampoco hay antirretrovirales, medicamentos fundamentales para controlar el VIH. “No hay medicamentos para mi hijo ni para mí. La dieta que deberían darnos tampoco está entrando”, afirmó.
En marzo pasado, Pineda dijo a Martí Noticias que se vio obligada a vender su casa para dar de comer a su hijo, ante la falta de recursos. La desesperada situación en que se encontraba la llevó incluso a atentar contra su propia vida.
Por su parte, Bárbara Farrat, también activista y paciente de VIH, ha protagonizado protestas por esta situación desde su hogar, en el municipio habanero de Diez de Octubre. A través de transmisiones en vivo en Facebook, Farrat denuncia el deterioro de su salud ante la falta de atención médica.
“Yo tengo el vientre inflamado, diarrea, náuseas, mucho decaimiento. Necesito que me hagan un chequeo completo, pero en el IPK no me quieren atender”, declaró, refiriéndose al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, donde estuvo ingresada el año pasado.
Según Farrat, allí le informaron que su historia clínica había desaparecido del sistema.
“Borraron mi historia clínica. Hace casi cuatro años que no me hacen un examen completo, ni un reactivo, ni una prueba citológica. Me están dejando morir”, denunció Farrat.
En octubre pasado, el opositor Maikel Herrera Bones, paciente de VIH/Sida manifestó en un post en Facebook su insatisfacción con la atención que estaba recibiendo, precisamente, en el IPK, donde lleva meses hospitalizado sin un diagnóstico claro sobre el crítico estado de salud que presenta.
Varios intentos de Martí Noticias por contactar al IPK para esclarecer estas denuncias fueron infructuosos.
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