Desde el año 2014 hasta la fecha unos 349 peloteros cubanos han abandonado la isla con la esperanza de jugar en las Grandes Ligas estadounidenses, pero a muchos no les ha ido bien porque cayeron en manos de contrabandistas que los trasladaron a Haití o República Dominicana, donde se encuentran estancados con pocas o ninguna esperanza de poder jugar en el mejor béisbol del mundo.
Un extenso trabajo periodístico realizado para INSIDER.ESPN.COM/INSIDER/ESPNMAG por el periodista Francis Romero, señala que "hubo 54 deserciones en 2014; una explosión muy comprobable se produjo en 2015, con 184 peloteros, y más de 100 desde entonces. Casi 10 peloteros por mes dejan la isla. Más peloteros han abandonado Cuba desde 2014 que en los otros años combinados".
En su escrito, Romero afirma que esta migración no se debió al mejoramiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, como algunos creen, sino "a los ciclos económicos que sufre la industria del béisbol. Entre los scouts y ejecutivos de las Mayores, es denominado ‘el mercado cubano’, y desde 2009 ese mercado ha sufrido un boom. Un grupo de virtuosos beisbolistas cubanos (Aroldis Chapman, Yoenis Céspedes, Yasiel Puig, José Abreu) han obtenido contratos multimillonarios y cada vez más jugosos".
Añade que "con la excepción de Chapman, todos fueron sacados de Cuba mediante contrabando. Y todos esos contratos han enriquecido a esos contrabandistas".
Según el escrito, "ha florecido una industria totalmente clandestina (…) la tarifa promedio en la industria para aquellos que ayudan a la firma de estos cubanos como agentes libres es del 30 por ciento del valor total del primer contrato profesional del pelotero".
En otras palabras, este negocio ha producido más de $240 millones para los traficantes de peloteros, cuya función es contactar peloteros en Cuba y convencerlos para que abandonen la isla, indica Romero en su artículo.
El experto explica que, además de estas personas, existen "los lancheros o capitanes de botes, encargados de sacar a los peloteros de la isla; los gestores, quienes consiguen los papeles de residencia de forma expedita para los jugadores en países subdesarrollados; los intermediarios, árbitros del mercado cubano, que compran y venden pero no retienen a los peloteros; los manejadores que lidian el cuidado y alimentación diaria de estos peloteros una vez que han abandonado Cuba; los entrenadores de estos peloteros, que los preparan para mostrar sus talentos a equipos de Grandes Ligas; los agentes que negocian con gerentes de equipos; y los inversionistas que efectivamente financian todo esto, llevándose una gran tajada de la acción".
INSIDER.ESPN.COM menciona el caso del cubano Darys Bartolomé, primera base de los Alfareros de Camagüey, quien salió de Cuba el 28 de enero de 2015 hacia Puerto Príncipe después que alguien en República Dominicana le costeó un boleto de avión, y poco más de un año después de salir de su patria fue abandonado por sus inversionistas y aún no ha podido firmar con equipos profesionales estadounidenses.
Lo triste del caso es que Bartolomé se encuentra "sin dinero y postrado en una cama" con fiebre y "los síntomas del dengue".
El expelotero de los Industriales Lisbán Correa, abandonó Cuba rumbo Haití por avión en julio de 2015 y aunque los contrabandistas le habían dicho que tenía asegurado entre $2 y $6 millones cuando llegara a República Dominicana, tuvo que aceptar en Puerto Príncipe la triste realidad de que su inversionista desistió y sus sueños se los llevó el viento.
El artículo menciona también el caso del joven lanzador cubano de los Tigres de Ciego de Ávila, Yandy Suárez (20 años de edad), quien fue sacado en bote de Cuba en 2016 rumbo a República Dominicana por los contrabandistas con la falsa promesa de que ellos contaban con una academia privada de béisbol.
Suárez dijo que él y otros cinco peloteros fueron trasladados a un hotel, donde "probablemente" guardias de seguridad armados los protegían y al mismo tiempo impedían que escaparan.
En Miami, Florida, un jurado halló culpables en 2017 al agente Bartolo Hernández, y al entrenador Julio Estrada, de contrabandear peloteros cubanos a Estados Unidos.
Los fiscales dijeron que Hernández encara hasta 15 años en prisión, y Estrada, enfrenta hasta 35 años en la cárcel.
Sin embargo, sus abogados apelaron la sentencia argumentando que hubo 7 errores importantes en el juicio, incluyendo la presentación indebida de evidencia y varios errores en la manera en que declararon los testigos.
(Redactado por Jorge P. Martínez, con información de INSIDER.ESPN)