El libro “Mitos del antiexilio”, del escritor de origen cubano y periodista de Radio TV Martí, Armando de Armas, vuelve a ser editado por The Ramblas Proyecst, de Barcelona, España y por Ediciones Exodus, de Ego de Kaska Foundation, radicada en la ciudad de Miami, USA, tras haberse agotado la edición realizada en 2007.
Armando de Armas ha sentado una cátedra de referencia imprescindible para quienes se interesen en comprender cómo y por qué, Cuba se encuentra, todavía, bajo el yugo de la dictadura de los Castro
“Mitos del antiexilio” , un libro dedicado a la deconstrucción de la nebulosa ideológica construida alrededor del masivo éxodo de los cubanos, que dio inicio desde los primeros días de enero de 1959, desmonta, pieza a pieza, la leyenda negra fabricada por el régimen castrista acerca de quienes se han visto obligados a huir en las diferentes oleadas de éxodos, en pequeños grupos o, incluso, individualmente, para ir conformando, a lo largo de 61 años, los más de 2 millones de cubanos redistribuidos en los cuatro puntos cardinales del planeta.
El exilo y el “antiexilio” son analizados por De Armas como lo que realmente son: las dos caras de una misma moneda, mitificadas tanto la una como la otra, a base de equívocos, indefiniciones e intereses creados pero, sobre todo, los mitos de un “antiexilio” que son el resultado de una feroz campaña llevada a su máxima expresión por un régimen que aspiraba a vender la idea de aceptación homogénea por parte de los ciudadanos isleños a quienes, se supone, la revolución había regalado la libertad.
En el prólogo a esta segunda edición de “Mitos…” la reconocida escritora y activista por la libertad de Cuba radicada en París, Zoé Valdés, dice, respecto a la reacción psicológica y emocional de importantes sectores del exilio cubano, que es
“[…] una tragedia exclusiva de los cubanos, que a mi juicio es mayor que vivir bajo aquella tiranía; pues resultó ser el drama extraordinario de no ser reconocidos como víctimas por la inmensa mayoría. Y, sobre todo, de forma increíble o absurda, no llegar a serlo por nosotros mismos, los principales sacrificados de esa tragedia, los protagonistas amordazados o avergonzados. Esencialmente, debido al mero hecho de vivir lejos y totalmente excluidos del acontecer diario de nuestro país, sin siquiera poseer el derecho de representar digna y soberanamente nuestras raíces, cultura, e idiosincrasia, fuera de él. Negarnos y auto negarnos han sido las peores de las imposiciones. Heridas cuyas cicatrices serán imborrables. Cierto, sin patria pero sin amo —escribió José Martí—, poderosamente cierto, aunque aferrados al asidero eterno de la cadena, sin alcanzar a zafarnos emocional ni racionalmente de su extrema posesión y tensión”.
Uno de los más refrescantes trabajos contra la grave falta de sentido común existente en círculos supuestamente intelectuales
Durante la presentación en Miami de la primera edición, que estuvo a cargo del abogado y político cubano americano Lincoln Díaz-Balart, quien fuera, durante varias décadas, miembro del Congreso de los Estados Unidos, dice que este es “Uno de los más refrescantes trabajos contra la grave falta de sentido común existente en círculos supuestamente intelectuales, es el ensayo de Armando de Armas titulado, Mitos del Antiexilio. Desafortunadamente, pocos temas se prestan más a la confusión y a la tergiversación en esos círculos, que el exilio cubano”.
Muchas cosas que nunca antes se habían dicho, o fueron dichas en voz muy baja a lo largo de estas seis décadas, se dicen en las páginas de este intenso e interesante libro que, sin juicios y desbordante de comprensión hacia un fenómeno sobre el cual, quizá sin proponérselo, Armando de Armas ha sentado una cátedra de referencia imprescindible para quienes se interesen en comprender cómo y por qué, Cuba se encuentra, todavía, bajo el yugo de la dictadura de los Castro. Como muestra, bastará con este párrafo :
“Paradójicamente no existe una derecha en el exilio”, dice De Armas en su libro, “al menos, no lo que pudiéramos llamar un pensamiento de derecha representativo de la masa desterrada. Hay, sí, expresiones, procedimientos o actitudes de derecha, o que la izquierda procura enmarcar dentro de la derecha en su afán descalificador del anticastrismo. Lo primero que sorprendería al observador no avisado que llegase a Miami, es que la mayoría de las organizaciones y personalidades del anticastrismo más militante han sido, o se han definido como revolucionarias. Muchos han llegado al punto de disputar el revolucionarismo (sic) a Castro: ¡Son ellos y no Castro los auténticos revolucionarios! De ahí que, por ejemplo, dos de las organizaciones más duras del exilio en el enfrentamiento armado al régimen de La Habana se nombrasen orgullosamente Movimiento de Recuperación Revolucionaria y Rescate Revolucionario, de Manuel Artime y Antonio (Tony) Varona, respectivamente. De ahí la tesis de la revolución traicionada que sostienen figuras tan respetables como el Comandante Huber Matos”.