El escultor Roberto Estopiñán murió este lunes en la noche en Miami, Florida. El artista, de 94 años y nacido en La Habana en 1921, se encontraba hospitalizado desde hacía un mes a consecuencia de una isquemia.
Estopiñán es considerado uno de los más importantes escultores cubanos y latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX.
En México en 1949 entabló amistad con el escultor Francisco Zúñiga y tuvo, entonces, su primera exposición en el Lyceum. En ese tiempo fue uno de los fundadores del grupo cultural Nuestro Tiempo, que abandonó después de conflictos con los comunistas que habían infiltrado la asociación.
Estopiñán se exilió en 1960 en Estados Unidos, y vivió hasta el 2002 en Queens, Nueva York, donde desarrolló la etapa más prolífica de su carrera.
En el exilio, la obra de Estopiñán estuvo marcada por "una tendencia expresionista, explorando los temas del preso político, guerreros caídos y crucifixiones, tras la talla en madera, la soldadura, el grabado y el dibujo. No cabe duda que su obra como dibujante es una de las más virtuosas en el arte de Cuba y Latinoamérica", recuerda el historiador de Arte Alejandro Anreus en el portal Cubaencuentro.
"La constante de mi obra es la figura femenina, esa la descubrí un día y se apoderó de mí, no yo de ella", explicó el escultor durante un homenaje que la ciudad de Doral le rindió en 2011.
En esa ocasión bromeó sobre su condición de exiliado: "he ido sobreviviendo, llevo muchos años en exilio, soy American citizen vendido al imperialismo yanqui, pero me importa un pito, el caso es que estoy vivo y como se diría en un español de España y no de Latinoamérica... jod...".