Bajo jactanciosos títulos, la prensa oficial cubre las noticias del inicio del curso escolar 2014-2015, este lunes 1 de septiembre. Oculta, la crisis de la educación pública y los retos que tiene en sus manos la Ministro Ena Elsa Velázquez, quien tendrá que hacer de tripas el corazón para llegar con vida al próximo verano.
El fraude académico, la violencia juvenil, la ausencia de base material de estudios, la fuga de profesionales hacia otros sectores mejor pagados, son algunos de los retos que mantiene la Ministro, Doctora en Ciencias de la Educación, natural de Santiago de Cuba. El tema del fraude académico, que en los primeros años de la dictadura se centraba en los alumnos que de manera deshonesta lograban calificaciones satisfactorias, paso a niveles mayores y por tres años consecutivos se destaparon escándalos, donde estuvieron involucrados alumnos, profesores, padres y personal administrativo del Ministerio de Educación o sus dependencias.
De la tragedia del fraude solo se ve la punta del iceberg, en los fraudes para las pruebas de ingreso a la Universidad. Pero tiene otros exponentes, que por radicarse a nivel comunitario no llegan a los medios nacionales, pero son de conocimiento de la población como un escándalo que estalló en el sistema de secundarias básicas de la ciudad de Bayamo en la provincia Granma esta primavera.
La violencia juvenil un caso que cada vez preocupa más a los padres de adolescentes, tuvo varios ejemplos en años anteriores, sobre todo con la incorporación de los imberbes e ineptos maestros emergentes, quienes no pudieron soportar la crisis de valores de la sociedad y la falta de paradigmas pedagógicos.
Los padres con recursos políticos o financieros intentaran este nuevo curso sacar a los alumnos de las escuelas a las que están asignados por la cercanía a sus hogares, por otras que tengan mejores índices académicos y estén en las zonas más céntricas de las ciudades y comunidades de la isla, donde hay menos violencia.
Sobre el tema de la salida de maestros jóvenes del sistema existe el caso de Janet, maestra de matemáticas de sexto grado de una escuela primaria del Vedado. La joven mulata de mirada dulce y modales suaves, no estará con sus alumnos al regreso de las vacaciones. Janet, como muchos otros jóvenes profesores abandonó este verano el sistema nacional de enseñanza, para buscar un trabajo mejor retribuido y menos “estresante”. Le educadora, de 30 años y con una licenciatura en Pedagogía, comenzó a trabajar este verano como mesera de una popular cafetería cerca del Malecón. La maestra “en retiro” trabaja duro en su nuevo puesto. Ocho horas seis días a la semana ganando 300 pesos diarios (12 dólares), 7 200 pesos al mes (290 dólares), muchísimo comparado con su salario de maestra de 600 pesos (24 dólares).
Sin embargo para la Ministro de Educación, solo faltaran, según sus cálculos y donde no se incluyen los maestros que abandonaran las aulas este verano, unos 12 600 maestros, de una necesidad total de 183 100. Entre las causas del abandono de los maestros de su profesión, el salario es solo otra punta de lápiz, donde sobresalen la ideologización de la enseñanza, además de la ausencia de recursos y herramientas para mejorar el sistema de enseñanzas, en un sistema preñado de dogmas, corrupción e ineficacia, y concebido por un Estado que prioriza en su maltrecho presupuesto a las incapaces fuerzas armadas y el aparato represivo. Pero donde faltan motivación académica, y los valores sociales están deteriorados a tal punto, que el General Presidente Raúl Castro Ruz, se refiere al asunto reiteradamente.
La educación pública, baluarte de las dictaduras modernas, se desmorona en la sociedad cubana. La imposibilidad de coexistir con otras estructuras paralelas como la privada o la religiosa, impide además que los ciudadanos encuentren alternativas a la crisis. Marcada además por la falta de oportunidades para maestros y profesores.
Ante tal desastre, apareció en la sociedad cubana la figura del “repasador”, que se reafirma ante la insolvencia de maestros y profesores. El repasador es un soporte encontrado por los padres para reforzar la educación de los jóvenes y la sedimentación de los conocimientos de cara al futuro. El repasador intenta, no siempre con éxito, sembrar conocimientos que la escuela no insertó. Pero sobre todo preparar a los educandos para las evaluaciones anuales y las pruebas de ingreso a las enseñanzas superiores.
Ante tales problemas, la Ministro de Educación en Conferencia de Prensa a principios del pasado mes de julio presentó una serie de adecuaciones para este primer día de clases, que adecuó en esta última semana de agosto. Entre las medidas propuestas está que se autorizará a los alumnos almorzar en sus casas, la posibilidad de que los centros de enseñanza puedan organizar su horario escolar, y mayores lazos con las organizaciones sociales de la dictadura como la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, se evitará al máximo el uso de las informaciones tomadas de la internet y una nueva valoración del peso de los errores ortográficos en los procesos evaluativos.
“Si el problema no fuera tan serio daría risa”, nos dice la directora de una escuela primaria del Vedado que prefiere el anonimato. E insiste en que “pensar que atacar al fraude escolar, el éxodo de maestros y el deterioro de inmuebles y base material con estas medidas puede resultar exitosa, indica el nivel de desconexión que tiene la Ministro de los problemas que tenemos en las escuelas. Necesitamos una mente abierta, alejada de dogmas políticos e ideológicos, que permita insertarnos como país y como sistema en el siglo XXI”.
Sobre el tema de la informatización de la educación la Ministro fue explicita. La situación respecto a los laboratorios de computación es desfavorable y explico que a nivel de país la disponibilidad técnicas de los equipos con que cuentan las escuelas está al 86 %, sin informar cuál es la cantidad real de maquinas que debe utilizarse en el sistema para introducir a los niños y adolescentes en el mundo informático. Otro drama parece ser según la Ministro el tema de los libros y la bibliografía, que no estará a tiempo en las escuelas y según los estimados en este nuevo curso matriculan 1 800 000 alumnos.