El presidente Brack Obama y la senadora Hilary Clinton subirán al podio este martes en su primera aparición de campaña, como aliados ocho años después de que gastaron millones uno contra otro para ganar la Casa Blanca y Donald Trump genera polémica por supuesta imagen antisemita en un tuit.
El magnate culpó a los medios de comunicación que están haciendo absolutamente todo lo posible para asegurar que una estrella en un tuit sea la Estrella de David, en lugar de la estrella de un sheriff, o simplemente una estrella", dijo en un mensaje publicado hoy en su cuenta oficial de Twitter.
Mientras que Ed Brookover, asesor de campaña de Trump, insiste en que "nunca hubo ninguna intención de antisemitismo" al publicarlo. "No todas las estrellas con seis puntas son Estrellas de David. Hemos corregido este tuit y lo hemos dejado atrás", afirmó a la cadena de televisión CNN.
La campaña de Clinton se sumó hoy a las críticas a Trump y lo acusó de haber sacado la imagen de movimientos de ultraderecha.
"El uso de Donald Trump de una imagen descaradamente antisemita procedente de páginas web racistas para promocionar su campaña ya es bastante alarmante, pero el hecho de que sea parte de un patrón debería preocupar enormemente a los votantes", dijo la directora de relaciones con los judíos en la campaña de Clinton, Sarah Bard.
Trump suele subrayar su apoyo a Israel en sus actos de campaña, dio su primer discurso preparado ante el principal lobby judío de Washington, el Aipac, y recuerda a menudo que su hija Ivanka se convirtió al judaísmo antes de casarse, pero algunos activistas ven insuficientes esos gestos y piden al magnate una condena explícita del racismo y la ultraderecha.
La historia de cómo los rivales pasaron a ser amigos
El martes, cuando suban al podio en su primera aparición de campaña, el presidente Barack Obama y Hillary Clinton mostrarán una nueva fase de su relación: codependientes.
La posibilidad de Clinton de ganar la Casa Blanca depende lograr el apoyo de la coalición del presidente. El legado de Obama depende en el éxito de Clinton. Ocho años después de que gastaron millones uno contra otro para ganar la Casa Blanca, ambos invertirán innumerables palabras y cuatro meses promoviendo el uno al otro en público.
La historia de cómo los rivales pasaron a ser amigos estará en el centro de la presentación de Obama-Clinton en Charlotte, North Carolina, dicen asistentes en ambos lados.
En su mensaje, el presidente fungirá como testigo de la personalidad de su ex secretaria de Estado, que está luchando para convencer a votantes de su confianza y honestidad. No hay mejor político que testifique en su favor, creen muchos demócratas, que el hombre que otrora tuviera reservas sobre ella pero después cambió y se convirtió en uno de sus más fuertes promotores.