En 1966 el banquero cubano Carlos Arboleya se levantó temprano para hacer sus labores de empleado medio en Miami. Había perdido todo y dejado atrás todo, en Cuba, pero ese día lo llamaron del Fidelity National Bank para pedirle y prometerle: Si sacaba la filial de la quiebra, cuando se hiciera ciudadano, lo harían presidente de la entidad.
Lo que sigue parece una telenovela. Arboleya se hizo ciudadano estadounidense una mañana parecida a aquella y ya a las 2:00 p.m era Presidente del Fidelity National Bank. Esa es una de las decenas de anécdotas recogidas en Cubanos: un viaje épico. La lucha del exilio por la verdad y la libertad, (Facts About Cuban Exiles, Inc., 2015), compilado por Guillermo Martínez y Sam Verdeja, periodista uno, e intelectual y publicista otro, respectivamente.
La selección cuenta con 39 capítulos para relatar el viaje de los cubanos desde mediados del siglo XIX hasta la fecha; un peregrinar lleno de tropiezos y dolores, pero que permiten graficar el esfuerzo de quienes buscando la libertad en diferentes épocas, sembraron la semilla del tesón y la seriedad en la patria de Abraham Lincoln, España, Venezuela, Puerto Rico y varios confines más.
El libro que presentan Martínez y Verdeja comprende temas como la historia, la banca, la economía, la experiencia misma del exilio, artes, entretenimiento, religión, medios de prensa y publicidad, política, cívica y vida social, entre otros.
La hermosa edición llegada a Martí Noticias también refleja el duro camino de la defensa de los derechos humanos en el último medio siglo, asaeteado por la revolución castrista.
Esta es una compilación hecha sobre el cemento fresco todavía. Con el nuevo marco de relaciones entre la administración demócrata del presidente Barack Obama y el General Raúl Castro, el éxodo de isleños se disparó, precisamente huyendo de los cambios que solo se ven en la prensa y en la ristra de promesas en las que el régimen comunista intenta hacer creer cada día.
Este texto de casi 800 páginas anuncia que está hecho desde el dolor por la pérdida de un país. Pero es una historia que se afinca en la epopeya de quienes llegaron a tierras extrañas y demostraron que podían usar herramientas democráticas para levantar a su familia y dar crédito a un grupo social que necesitaba enseñar su valía.
Entre los datos interesantes expuestos por ensayistas, profesores y economistas invitados desentrañar las rutas del exilio cubano, encontramos tablas comparativas, decenas de relaciones demográficas y una extensa relación de empresas fundadas por los cubanos en lugares tan distintos como Madrid, Miami o Caracas.
Es precisamente a partir de la periodización de los distintos exilios en el siglo XX que se refleja con mayor precisión el destino y los datos de quienes emigraron huyendo de la imposición totalitaria de verdeolivo. De Camarioca al Diálogo de 1978; del Mariel a la Crisis de los Balseros de 1994 y desde el anuncio de negociaciones entre Obama y Castro II hasta la última riada de cubanos atravesando Latinoamérica y llegando a los Cayos de la Florida: el libro hace un retrato apretado de huida y establecimiento en EEUU.
Después del país norteño, las naciones que más cubanos recibieron en la escapada a partir de 1959 fueron Venezuela (40 mil), Puerto Rico (se llegó a contabilizar la cifra de 30 mil en un censo de finales de los años ‘60), España (25 mil), y México, que por ser frontera con el gigante del Norte, ha servido de puerta o bisagra para llegar a la tierra prometida (se calcula que hayan entregado unos 80 mil visados temporales o definitivos), según registros que aparecen en el libro.
Más allá de simbolismos del imaginario popular como el sándwich cubano, el cortadito o la música de Celia Cruz y Willie Chirino ha habido aportes que hablan bien claro del talento de los cubanos y su dedicación a crear fortuna en el país que les abrió las puertas.
Un arquitecto como Antonio Quiroga (1937) que trabajó las vías de comunicación para conectar los lados Este y Oeste de Manhattan; Orlando Díaz Azcuy (1941) empezó estudios de Arquitectura en La Habana, se doctoró en Berkeley y hoy es considerado uno de los mayores aportadores al diseño interior minimalista, y son reflejos del peso de los cubanos en Estados Unidos.
La labor educativa de Modesto Maidique y Eduardo Padrón y la creación de Arregui Advertising (De Ricardo Arregui) como “la primera agencia de publicidad hispana en el sur de la Florida” son parte de los logros llevados a libro de marras.
Es ya 1990, pero los comerciantes Omar Rodríguez y Manuel Marín, no cejaron en su empeño y abrieron el primer supermercado Presidente en la Calle 5ta y Biscayne Boulevard, que hoy se ha extendido como un emporio por toda la ciudad.
En el libro figuran decenas de logros que se enumeran y se grafican con datos exactos, cotejados a manera de estudio Martínez y Verdeja.
Entre los treinta y un escritores y colaboradores invitados aparecen la publicista Aida Levitan, Silvia Unzueta, Olga Nodarse, Olga Connor, así como el periodista Carlos Alberto Montaner, el Dr. Juan Clark, el Rev. Marcos Antonio Ramos, y los profesores Alejandro Ríos y Eduardo Zayas-Bazán, entre otros.
Carlos Arboleya había empezado haciendo inventarios en una fábrica de zapatos en el Miami de 1960. Siete años después de la promesa que le hicieron una mañana, abrió su propio banco. Atrás quedaba aquella el día en que fue llamado para salvar al Fidelity National Bank de la catástrofe financiera.