El virus Zika, transmitido por mosquitos y sospechoso de causar malformaciones fetales, se expandirá por todo el continente americano excepto Canadá y Chile, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El virus ya está presente en 21 de los 55 países y territorios de las Américas, indicó la OMS en un comunicado emitido el domingo.
Pero, según dijo, hay mosquito Aedes Aegypti, que transmite el virus del Zika y causa también dengue y chikungunya, en todos los países del continente con la salvedad de Chile y Canadá.
Por eso, la agencia de la ONU pronostica que "el virus Zika seguirá extendiéndose y probablemente afectará a todos los países y territorios de la región en los que haya mosquitos Aedes".
La OMS explicó que como la población de la región no se ha visto expuesta al virus antes de que emergiera en Brasil el pasado mayo, carece de inmunidad, lo que permite que la enfermedad se extienda rápidamente.
Al abrir la reunión del comité ejecutivo de la organización este lunes en Ginebra, su directora, Margaret Chan, dijo que "la propagación explosiva del virus Zika a nuevas áreas geográficas con escasa inmunidad entre la población es motivo de preocupación, sobre todo dado el posible vínculo entre las infecciones durante el embarazo y los niños nacidos con microcefalia".
Chan puntualizó: "El vínculo causal entre la infección por el virus Zika en el embarazo y la microcefalia no se ha comprobado", aunque los indicios existentes "son sugerentes y sumamente preocupantes".
La agencia de la ONU señaló que si bien está claro que el mosquito Aedes transmite el virus Zika, las pruebas de una transmisión por otras vías son de momento limitadas.
"Se ha descrito un posible caso de transmisión sexual entre dos personas", señaló la OMS, destacando que se necesitan más pruebas para demostrar esa hipótesis.
En Cuba
En 2015 se reportaron varios casos de dengue, el cólera y ahora el chikungunya en La Habana; Cárdenas y Varadero, Matanzas; Cienfuegos; Sancti Spíritus, Camagüey; Santiago de Cuba; Bayamo y Holguín, entre otras.
Durante meses, las autoridades del Ministerio de Salud Pública silenciaron cualquier incidencia de estos virus en la isla hasta que el empeoramiento de la situación epidemiológica se tornó ineludible.
Actualmente se niegan a ofrecer cifras exactas sobre los fallecidos o enfermos de estas dolencias. Se limitan a advertir a los ciudadanos del peligro latente y recomendar estrictas medidas de higiene.