Pasó más de un año en la cárcel. Enferma, adolorida y desanimada para tratar sus padecimientos de salud, se encuentra la hoy la ex presa política Jackeline Heredia Morales.
El tribunal municipal de Boyeros, en La Habana, extendió el pasado lunes 3 de julio el documento de término de sanción a favor de la opositora Jackeline Heredia Morales y le notificó además que ella y las tres mujeres restantes de su causa deben pagar una multa por “daños a la propiedad”.
En conversación con Martí Noticias la dama de blanco y activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) especificó los detalles de la nueva acusación.
“Los papeles dicen que tenemos que indemnizar al Vivac –de Calabazar- porque según ellos rompimos colchones, almohadas y tenemos que indemnizar”, informó Heredia e insistió en que no es cierto que ese hecho ocurriera en el Centro de Detención.
Heredia Morales fue detenida el 4 de abril de 2016 junto a las opositoras Yunet Cairo Reigada, Xiomara Miranda Cruz y Marieta Martínez Aguilera mientras realizaban una protesta en el Parque de la Fraternidad. Las cuatro fueron llevadas a la unidad conocida como El Vivac, en el poblado de Calabazar en el municipio Boyeros, antes de ser ubicadas en distintas prisiones.
Hoy explica que aunque le notificaron de la causa y acusación por daños, sin aún saber la cuantía de la multa, le han puesto fecha de expiración del pago.
“No sabemos exactamente cuánto, pero tenemos que indemnizar en un mes. Dicen que llegará la multa a la casa, pero no me ha llegado. Y ya me están poniendo, sin saber yo lo que quieren ellos que les pague, un término”, explicó la opositora.
Heredia Morales, de 37 años de edad y enferma de VIH Sida, había recibido una sanción de 4 años de cárcel por el supuesto delito de desacato, cuando en marzo de 2016 protestó por la multa a un bicitaxista en La Habana, pero fue liberada el pasado viernes 30 de junio.
Además de las consecuencias de la enfermedad, Heredia Morales sufre “fuertes dolores” debido a una golpiza recibida en la prisión San José, a manos de un oficial de orden interior que le dislocó un aditamento metálico que lleva en el brazo derecho.
“La varilla me la sacaron toda de su lugar, donde me sacaron el alambre de la rótula del codo y fue partida de los ‘jalones’ que me dieron”.
Aunque no recuerda exactamente el día, si sabe la causa de la agresión que sufrió.
“Ocurrió defendiendo los derechos de una enferma que se llama Surelys. El jefe de la unidad, que en ese tiempo era el teniente coronel Jorge Luis Castillo Castillo, la traía de conjunto con el oficial Deinier (segundo jefe de orden Interior), le venían dando golpes. Cuando yo vengo saliendo del patio donde están los teléfonos, me metí. Todo porque ella hizo una reclamación porque le estaban dando golpes a otro muchacho. Yo me metí por esa situación, para defender los derechos de esa enferma, Surelys”, relató la mujer.
Aunque sabe que necesita “una operación urgente”, reconoce que no está “en condiciones”. “Los niños están aquí y no estoy en condiciones (…) yo sé que los dolores son críticos”, concluyó.
La UNPACU ha publicado un video donde muestra el reencuentro de Heredia con sus dos hijos.