Panamá anunció este lunes que cerrará su frontera con Colombia para impedir el flujo irregular de migrantes cubanos y de otras nacionalidades, justo en el momento en que reactivó con México un puente aéreo para trasladar a miles de isleños a una ciudad fronteriza con Estados Unidos.
"Nos toca cerrar la frontera a este flujo irregular", dijo el presidente Juan Carlos Varela en un acto en el que puso en marcha una operación de seguridad para enfrentar el tráfico de drogas.
En su intervención, Varela lanzó además la "Operación Escudo" para "blindar" el país ante el narcotráfico y clamó por la "cooperación multilateral" para contener las amenazas contra la región.
El gobernante mencionó el acuerdo al que llegó con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto para ayudar a transportar a más de 3.000 migrantes cubanos que llevan semanas varados en la provincia de Chiriquí y que demandaron infructuosamente la apertura de las fronteras en Costa Rica y Nicaragua para seguir su ruta hacia Estados Unidos.
Varela dijo que debió tomar la difícil decisión de frenar ese flujo, al igual que Costa Rica y Nicaragua. Los migrantes cubanos ingresaban principalmente por el poblado de Puerto Obaldía, en el Caribe panameño y limítrofe con Colombia.
Inicia segundo puente aéreo para traslado de cubanos
De acuerdo con el mandatario, el nuevo puente aéreo se extenderá entre dos y tres semanas. Previamente, una fuente gubernamental, que pidió no ser identificada porque no estaba autorizada para hablar públicamente del tema, detalló que el lunes salieron dos vuelos de la aerolínea panameña Copa con 157 cubanos cada uno con destino a Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos. Los cubanos tienen que pagar sus boletos aéreos.
Ambos países ayudaron al traslado de casi un millar de cubanos en febrero en medio de la crisis que desató la decisión de Nicaragua de cerrar el paso por su territorio de los isleños. Otros millares, que habían quedado varados en la frontera de Costa Rica con Nicaragua, también fueron trasladados en avión con el visto bueno de las autoridades mexicanas.
El flujo migratorio de cubanos data desde hace varios años, pero se intensificó después de que Cuba y Estados Unidos restablecieron sus relaciones tras medio siglo de hostilidades, lo que es conocido ya como el Cuarto Éxodo desde la isla, muy superior al de los balseros en 1994 que alcanzó la cifra de unos 32.000 migrantes.
Panamá también enfrenta una crisis por la presencia de centenares de migrantes africanos en su zona limítrofe con Costa Rica.