Un par de lumbreras del béisbol cubano han despertado el interés de empresarios, aficionados y hasta de los mismos peloteros de Grandes Ligas: Yasiel Puig y Yoeni Céspedes. Ambos escaparon de la isla, han triunfado e inspiran a los atletas que han quedado atrás y a quienes los acompañan en la temporada que está por concluir.
Un grupo de 21 jugadores de origen cubano mantienen la expectativa de sus seguidores y managers en el espectáculo de la gran carpa. “Cada semana vemos las opiniones de los scouts, al parecer hay mucho talento, pero las reglas no me permiten decir más”, dijo Stan Kasten, presidente de los Dodgers en una entrevista para la cadena Aljazeera America.
"Las recientes reglas aprobadas por el Consejo de Ministros de Cuba y la comisión de reglas y arbitrajes de la Comisión Nacional de Béisbol no salvarían a estrellas como Puig, Céspedes o el novato José Fernández de responsabilidades penales si retornan al lugar de donde se fugaron”, señala la página web.
La cadena árabe cita al académico Peter Bjarkman quien asegura que las Mayores están ávidas de jugadores cubanos jóvenes y consideran su potencial “como una mina a cielo abierto debido al talento que muestran al jugar".
Hay una cuestión que aparece de inmediato, cuando los peloteros saltan a la vida profesional y es que dan una noción de éxito que es envidiada por sus pares en el mundo entero. La posibilidad de ayudar a la familia que dejaron atrás, de comprarse un auto de lujo y una buena casa, son símbolos inequívocos del triunfo a través de su esfuerzo. “Las regulaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) no les prohíbe a los cubanos enviar dinero a sus familiares cercanos, sino a los militantes y funcionarios del partido gobernante (Comunista)”, comentó Peter Bjarkman.
¿Cuál es el dilema actual con las reglas aprobadas por el Instituto Nacional de Cuba de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) ante el anuncio de que jugadores cubanos pueden jugar en otros países? “Lo pueden hacer en Europa y el Caribe, pero no en los Estados Unidos, incluyendo que acápites del Embargo comercial, no le permiten a ciudadanos cubanos trabajar en Estados Unidos y enviar dinero a Cuba.
El gobierno cubano necesita dinero para sus arcas sin fondos y no ha podido atajar ni con medidas, ni con anuncios de mejoría, la avalancha imparable de estelares atletas que escapan cada semana para jugar en la Gran carpa en los Estados Unidos.
A inicios de los años ’90 jugadores como Omar Linares, Orestes Kindelán o Gabriel Pierre fueron enviados a jugar en las ligas profesionles de Japón, pero eso no detuvo las deserciones de los más jóvenes buscando el espectáculo mayor en las Grande Ligas. El permiso a Kindelán y sus compañeros de equipo llegaba cuando estaban en el ocaso de sus carreras. El ejemplo se interrumpió y no volvió a repetirse sino con ex estrellas nacionales que han salido a impartir sus conocimientos en las ligas mexicanas o nicaragüenses.
Cambios en la programación de los juegos, movida de directores de una provincia a otra, la mala calidad de los terrenos de juego y una afición que ve cada día como se alejan los premios de antaño, así como de las figuras que van naciendo, son lunares que empañan ahora mismo al que se conoce como el Pasatiempo nacional.
Un grupo de 21 jugadores de origen cubano mantienen la expectativa de sus seguidores y managers en el espectáculo de la gran carpa. “Cada semana vemos las opiniones de los scouts, al parecer hay mucho talento, pero las reglas no me permiten decir más”, dijo Stan Kasten, presidente de los Dodgers en una entrevista para la cadena Aljazeera America.
"Las recientes reglas aprobadas por el Consejo de Ministros de Cuba y la comisión de reglas y arbitrajes de la Comisión Nacional de Béisbol no salvarían a estrellas como Puig, Céspedes o el novato José Fernández de responsabilidades penales si retornan al lugar de donde se fugaron”, señala la página web.
La cadena árabe cita al académico Peter Bjarkman quien asegura que las Mayores están ávidas de jugadores cubanos jóvenes y consideran su potencial “como una mina a cielo abierto debido al talento que muestran al jugar".
Hay una cuestión que aparece de inmediato, cuando los peloteros saltan a la vida profesional y es que dan una noción de éxito que es envidiada por sus pares en el mundo entero. La posibilidad de ayudar a la familia que dejaron atrás, de comprarse un auto de lujo y una buena casa, son símbolos inequívocos del triunfo a través de su esfuerzo. “Las regulaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) no les prohíbe a los cubanos enviar dinero a sus familiares cercanos, sino a los militantes y funcionarios del partido gobernante (Comunista)”, comentó Peter Bjarkman.
¿Cuál es el dilema actual con las reglas aprobadas por el Instituto Nacional de Cuba de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) ante el anuncio de que jugadores cubanos pueden jugar en otros países? “Lo pueden hacer en Europa y el Caribe, pero no en los Estados Unidos, incluyendo que acápites del Embargo comercial, no le permiten a ciudadanos cubanos trabajar en Estados Unidos y enviar dinero a Cuba.
El gobierno cubano necesita dinero para sus arcas sin fondos y no ha podido atajar ni con medidas, ni con anuncios de mejoría, la avalancha imparable de estelares atletas que escapan cada semana para jugar en la Gran carpa en los Estados Unidos.
A inicios de los años ’90 jugadores como Omar Linares, Orestes Kindelán o Gabriel Pierre fueron enviados a jugar en las ligas profesionles de Japón, pero eso no detuvo las deserciones de los más jóvenes buscando el espectáculo mayor en las Grande Ligas. El permiso a Kindelán y sus compañeros de equipo llegaba cuando estaban en el ocaso de sus carreras. El ejemplo se interrumpió y no volvió a repetirse sino con ex estrellas nacionales que han salido a impartir sus conocimientos en las ligas mexicanas o nicaragüenses.
Cambios en la programación de los juegos, movida de directores de una provincia a otra, la mala calidad de los terrenos de juego y una afición que ve cada día como se alejan los premios de antaño, así como de las figuras que van naciendo, son lunares que empañan ahora mismo al que se conoce como el Pasatiempo nacional.