Daños en un buque de almacenamiento de crudo de Venezuela en el Caribe podrían provocar "un desastre ambiental" si no son descargados los 1,3 millones de barriles que guarda, denuncian dirigentes opositores y sindicalistas petroleros.
Fotos del barco Nabarima inclinado, con varios metros de su línea de flotación hundidos en el mar, despertaron preocupación después de haber sido difundidas la semana pasada por una organización ambientalista en redes sociales, aunque la estatal PDVSA haya negado previamente que el estado del barco pueda representar "una amenaza para el ecosistema de la zona".
La embarcación de 264 metros de largo, una unidad de almacenamiento en el mar para carga de buques petroleros, está ubicada en el golfo de Paria (estado Sucre, oeste), en aguas de Venezuela próximas a Trinidad y Tobago.
La instalación petrolera flotante no muestra signos de hundirse dijo el ministro de Energía de Trinidad y Tobago.
Un equipo de expertos de Trinidad inspeccionó la instalación Nabarima el martes y encontró que "no había absolutamente ninguna inclinación" y que la embarcación estaba "totalmente horizontal", dijo a la prensa el ministro de Energía, Franklyn Khan.
"No hay riesgo inminente de vuelco o hundimiento", señaló Khan quien agregó que el equipo había pasado más de tres horas recorriendo el barco y había pedido a las autoridades venezolanas que lo visitaran nuevamente en un mes.
Riesgo ambiental
"Si no es trasegado el petróleo, aunque pudiesen estabilizar al Nabarima, va a existir permanentemente el riesgo de un desastre ambiental", declaró este miércoles a la AFP el parlamentario opositor Robert Alcalá, quien denuncia que el mantenimiento del barco fue abandonado en 2014.
El Nabarima pertenece a Petrosucre, empresa mixta con 74% de acciones de PDVSA y 26% de la compañía italiana Eni S.p.A.
Dos embarcaciones, Ícaro e Inmaculada, habrían sido enviadas al área por PDVSA presuntamente para descargar el crudo almacenado, comentó a la AFP otro legislador que adversa al gobierno de Nicolás Maduro, Luis Stefanelli. Ello no ha sido confirmado por la estatal.
Desde hace tiempo, la situación del Nabarima ha sido objeto de denuncias.
El sindicalista petrolero Eudis Girot comentó a la AFP el miércoles que los problemas de mantenimiento en el Nabarima empezaron en 2014, pero "fueron ignorados" por PDVSA. El pasado 12 de agosto, un grupo de trabajadores denunció que el barco tenía una inclinación de 8%, con su sala de máquinas inundada y sus bombas de achique quemadas.
Sin embargo, en septiembre, un comunicado de PDVSA calificaba las alarmas de "fake news". "Este buquetanque posee todas las condiciones operativas y de seguridad y no constituye en forma alguna amenaza al ecosistema", indicó.
Según Girot, PDVSA y Eni alegan que las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos a Venezuela y su petrolera han obstaculizado las posibilidades de trasladar el crudo.
"No hay excusas para que ese petróleo permanezca en el Nabarima, las sanciones no pueden ser excusas, el petróleo tiene que ser sacado de allí para evitar una tragedia", manifestó el dirigente sindical.
Las denuncias de daños ambientales por falta de mantenimiento de instalaciones son frecuentes en medio del colapso de la industria petrolera de Venezuela.
Costas del occidente del país se han visto afectadas en agosto, septiembre y octubre por derrames de hidrocarburos en dos de sus principales centros de refinación de combustibles, Paraguaná (estado Falcón) y El Palito (Carabobo), que el gobierno socialista intenta reactivar ante una severa escasez de gasolina.
La producción de crudo de Venezuela pasó de 3,2 millones de barriles por día hace 12 años a unos 400.000 barriles en la actualidad.