Admito que a los 74 años no soy una persona que cambia de opinión con facilidad. Mis ideas casi siempre están basadas en datos sólidos y creo que bien razonados.
Esta vez me equivoqué.
Esta columna iba a ser una petición a los congresistas cubanoamericanos, al Congreso de los Estados Unidos y a la misma Casa Blanca para que cambiaran la Ley de Ajuste Cubano, y así impedir el fraude que cometen muchos de los que llegan ahora a Estados Unidos desde la isla.
Una conversación con un activista de los derechos humanos en el sur de la Florida me hizo cambiar de opinión. Y lo logró explicándome sus objeciones. Debo admitir que no había pensado en lo que este señor – mucho más joven que yo – me planteó.
En principio, todos estamos de acuerdo. Muchos de los cubanos que llegan hoy de Cuba amparados por la Ley de Ajuste Cubano o hasta los que llegan como ganadores de una de las 20,000 visas que otorga el “biombo” anualmente cometen fraude a mansalva. Se burlan de las leyes de Estados Unidos y son un pilar que fortalece al régimen comunista en Cuba.
Este señor, que se dedica a diario a asuntos de los derechos humanos en Cuba, me hizo ver otro punto de vista.
El problema no es la ley, sino la forma como la está poniendo en vigor la administración del Presidente Barack Obama, me dijo este joven activista.
Y tiene lógica.
Él me explica que lo que hacen los cubanos que se regresan a Cuba, y que se las arreglan para que alguien en Estados Unidos les mande el dinero del Social Security o de otro tipo de ayuda que les brinda el gobierno americano, es ya una violación de la leyes actuales. Una violación de la ley que hay que llevar a los tribunales, y para eso no es necesario cambiar la Ley de Ajuste Cubano.
El activista me dice que el problema es que el gobierno de Obama no persigue a los que violan la actual ley. Si lo hiciera, este tipo de fraude se eliminaría inmediatamente.
Me agregó que no hay ninguna garantía de que si el Congreso de Estados Unidos pase otra ley más estricta, o que el Departamento de Justicia de esta administración trate de llevar a juicio a los que violen esa ley.
Para este activista, el cambiar la Ley de Ajuste Cubano en estos momentos sería otra concesión del Presidente Obama, en sus esfuerzos por normalizar las relaciones con Cuba. Algo que lleva meses haciendo – pero que aún no ha conseguido el respaldo del Congreso para eliminar el embargo comercial a la isla.