A raíz de la negación de la entrada a Cuba del Secretario General de la OEA Luis Almagro Lemes, el ex presidente mexicano Felipe Calderón, la ex ministra de educación Mariana Aylwin,hija del extinto presiden chileno Patricio Aylwin, que por demás fue el encargado del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba y de la transición hacia la democracia chilena, así como de otros invitados, no cabe otra que reaccionar ante tanta falacia.
Ellos participarían en una ceremonia convencional: La “Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia”, liderada por Rosa María Paya, le concedería a Almagro el premio “Oswaldo Payá, Libertad y Vida” y un reconocimiento póstumo a ese emblema de la democracia regional: Patricio Aylwin.
¿Por qué la jerarquía castrista, le sigue teniendo un odio visceral a los referidos principios y valores panamericanos y a eventos, como el abortado por ellos recientemente en suelo patrio?
Como es sabido, las dictadura de cualquier ralea son alérgicas al escrutinio desde afuera y para ello invocan la defensa de la independencia y la soberanía nacional, según su conceptualización. Es decir levantan murallas discursivas y físicas, para poder desde la impunidad, socavar la dignidad de la persona humana sin que nadie desde el resto del mundo pueda salir en defensa del prójimo victimizado por ellos. Una adecuada relación entre vida nacional y pertenencia a la raza humana y universal, es muy saludable para el disfrute de la LIBERTAD.
La Organización de Estados Americanos (OEA), es la primera entidad regional, creada como complemento de la arquitectura de las Naciones Unidas y tiene una concepción excelente. A principios de la década del 60, y en el contexto de la guerra fría, sus países miembros decidieron por mayoría simple expulsar al gobierno de la Habana de orientación francamente comunista, vale decir violadora de los DD HH y exportadora de revoluciones armadas. Ahora bien, este conclave y las resoluciones que emanan de él, son el resultado de la composición por países y de las ideas políticas dominantes en ellos.
No por gusto, con el auge de los gobiernos de izquierda en la región, el mismo régimen cubano fue invitado a reinsertarse en esta concertación panamericana. El interés de Luis Almagro expresado en carta argumentativa al efecto es: “facilitar el acercamiento de Cuba a los valores y principios del sistema interamericano, tanto a lo que se refiere a la defensa de la democracia como a la promoción y respeto de los derechos humanos…”. Él solamente vino a recibir el reconocimiento.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿Por qué la jerarquía castrista, le sigue teniendo un odio visceral a los referidos principios y valores panamericanos y a eventos, como el abortado por ellos recientemente en suelo patrio? En fin, detrás de ese alarde de fuerza y cacareo se esconden miedos a flaquezas propias, no queda otra. ¿Cuentan con el apoyo abrumador del pueblo como dice la propaganda oficial, o solamente es fachada totalitaria? A buen entendedor, con pocas palabras basta.
Por otra parte, al interior de nuestra amada patria hicieron un despliegue de fuerzas enorme y con ello lograron un evento bonsái. A mí me arrestaron en la terminal de ómnibus interprovincial de la ciudad de Santa Clara, una pléyade de oficiales del G2 y me internaron en una celda de la UPICO, por casi 24 horas.
La moraleja de todo esto es: el mundo democrático tiene que poner en una nueva perspectiva las relaciones con el régimen cubano. Al uso de las libertades básicas y de los espacios democráticos, que hacen los personeros castristas en su favor, en la comunidad de países democráticos, debe replicársele con los mismos derechos y atribuciones, de haber negativas se debe entablar un pleito jurídico y con ello conquistar una solución donde impere la igualdad de condiciones. Por qué a altos representantes castristas le han concedido premios y reconocimientos los movimientos o partidos de izquierda en países como México, Chile y Uruguay y ahora los políticos de estos países no impugna a los jerarcas isleños. ¡Quiénes son estos señores para soportarles tales asimetrías!