El preso político cubano Juan Enrique Pérez Sánchez, encarcelado por participar en las manifestaciones antigubernamentales del 11 de julio de 2021, fue trasladado a una celda de castigo a finales de la pasada semana, confirmó a Martí Noticias su esposa, Dayana Aranda Batista.
"Encontraron droga en el destacamento, en el baño, y como siempre volvieron a querer culpar a Juan Enrique, pero él no lo permitió y se manifestó", dijo.
Aranda Batista supo lo que estaba pasando el pasado viernes 16 que de febrero cuando llegó a la visita que su esposo tenía programada. "Yo fui para allá con sus alimentos, con su saco, y cuando llego a la prisión me entero que él estaba en celda de castigo porque yo no sabía nada. No me dejan verlo y tampoco me dejan pasarle los alimentos que le llevé", explicó.
Esta no es la primera vez que intentan culpar a Pérez Sánchez de delitos que no cometió, insistió su esposa. "Ha sucedido otras veces ya que presos comunes que trabajan para la Seguridad del Estado, en las mismas pertenencias de Juan Enrique, le han puesto cuchillas, pastillas”.
El preso político, padre de cuatro hijos menores de edad, se encuentra en la prisión de Melena II, en la provincia de Mayabeque. Fue condenado a ocho años de cárcel bajo los cargos de desorden público, desacato y sabotaje por su participación en la manifestación del 11J en el poblado de Vega, en Nueva Paz.
El preso político, músico de profesión, ha realizado anteriormente varias protestas para reclamar sus derechos y ha denunciado el acoso del que es víctima en la cárcel. En septiembre pasado se cosió la boca ante los abusos de las autoridades carcelarias.
"Decidió coserse la boca en forma de protesta, cuatro puntadas con alambre en la boca, a sangre fría. Con la boca cosida es imposible que él pueda comer", dijo su esposa en en ese momento a nuestra redacción.
Familiares de otros presos políticos denuncian las terribles condiciones en las cárceles cubanas
Ismael Rodríguez González, paciente bipolar que sigue internado en el centro médico de la prisión de máxima seguridad de Guanajay, denuncia que no le están dando los medicamentos que necesita.
"Lo tienen encerrado y asilado. Hablé de nuevo con el jefe de la prisión y me dijo simplemente que habían adoptado esa medida porque él estaba muy agresivo, pero no lo ha visto ningún psiquiatra”, dijo a Martí Noticias su madre, Magalys González.
El joven no estaba recibiendo las medicinas para tratar su bipolaridad y se descompensó en el campamento Ceiba Cinco, donde tuvo un enfrentamiento con otros reos, y debido a este incidente ya lleva casi mes en régimen de aislamiento.
Rodríguez González, de 26 años, recibió su baja del servicio militar por su padecimiento siquiátrico. Fue condenado a ocho años de cárcel por su participación en la manifestación del 11 de julio de 2021 en Güira de Melena, provincia de Artemisa.
Otros dos presos que cumplen sentencia por participar en las manifestaciones del poblado de Placetas, provincia de Villa Clara, también se enfrentan a una compleja situación en la cárcel. Se trata de Orlando Pineda Martínez, de 39 años y condenado a cinco de privación de libertad, y Juvier Jiménez Gómez, de 52 años y condenado a seis,
El abogado Juan Carlos González Leyva, presidente del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba, explicó detalles de sus casos a Martí Noticias.
“Pineda Martínez fue trasladado recientemente para el Campamento de trabajo forzado llamado Soler, donde se encuentra realizando labores agrícolas, entre ellas el pastoreo de carneros. Se encuentra extremadamente delgado por el hambre que está enfrentado", dijo.
"Jiménez Gómez también es sometido a trabajo forzado en el campamento de Remedios, afectado de los nervios debido al rigor carcelario y a los malos tratos, también está teniendo episodios de subida de presión arterial”, agregó.
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