Henry Laso, el cantante urbano cubano que fue extorsionado por funcionarios corruptos, tiene que pagar también por renunciar a su tarea como agente encubierto del Departamento Nacional Antidrogas (DNA).
Hace algún tiempo, el nombre del rebelde rapero saltó a las redes sociales por haber llevado a cabo una serie de protestas en contra de funcionarios del Instituto Cubano de la Música.
La razón de su protesta, era denunciar por extorsión a Orlando Vistel Columbié, director de la institución, y a otros que llama corruptos entre los que cita a Reinaldo Almeida, al director de la orquesta Tumbao Mayor, y a Conrado, el coronel del MININT que atiende el área de música en el Ministerio de Cultura.
“No me siento chivato – aclara antes de comenzar - mi tarea no era defender a la revolución ni a Raúl Castro, yo únicamente luchaba para que la droga no le llegara a los niños de mi país. Mi trabajo encubierto no era un aporte a la dictadura, era un aporte a la sociedad”.
“Quienes nos involucramos en este género -explica- tenemos muchos seguidores. Sobre todo entre el público joven. Me pareció bien usar mi condición de músico urbano para llevar un discurso antidrogas, influenciar en la juventud y poner mi granito de arena. Velar para que los traficantes no pudieran usar a los niños en el tráfico ni en el consumo de ese tipo de sustancias”.
“Yo tenía 19 años, comenzaba a despuntar, me llevaron a un curso en Tarará, y allí fue donde el teniente coronel Tony (jefe de la unidad especializada antidrogas del municipio Playa), y el oficial Alejandro, me reclutaron como agente. Mi tarea en el DNA era combatir la droga que ya se había convertido en un problema, específicamente entre los niños de 12 años en adelante”.
“Reclutar a menores de edad para usarlos en el traslado y la venta de drogas es práctica habitual en este tipo de delincuentes. Combatir eso es necesario en cualquier lugar del mundo, independientemente del sistema político, todos debemos luchar porque a ninguna sociedad llegue una desgracia como esa. Me parece lo correcto y decidí trabajar con ellos”.
“Yo era un intérprete conocido entre los jóvenes; por eso, al revelarme en contra de cuatro corruptos que pertenecen al sector de la cultura, una de las ramas más importantes para la revolución cubana, olvidan todo lo que he hecho y los niños que salvé. Me cierran todas las puertas porque renuncié a ser miembro del DNA. Ahora, para confundir, argumentan que soy un traidor a la patria. ¿Pero qué patria ni patria – se pregunta -, si la patria, la traicionaron ellos?”
“Descubro mi identidad porque ya en mi país no tengo espacio y porque necesito que cualquier embajada me acoja como refugiado. Si logro irme de Cuba y retomar mi carrera como artista, bien; si no, lavaré platos, eso no importa, el hombre se forja pinchando, no robando ni estafando. Ahora te quiero decir que si algo a mí me sucede, no solo será porque denuncié a Vistel, sus mentiras y descaros; también porque fui miembro del DNA, y conozco la corrupción y las drogas que hay, y porque voy a seguir hablando de cosas que viví dentro del Ministerio del Interior. Ya salí de la música, ahora hablaré de todas las mentiras y toda la falsedad. Cuando yo estaba cantando, una de mis primeras tareas fue, junto a un agente amigo que no tengo por qué destapar, mantener el control visual sobre la hija de Díaz Canel, que es una drogadicta, para ver quién le suministraba la droga a esa niña”.
“Con todas estas protestas yo lo único que hago es intentar llamar la atención del gobierno, del MININT y la Contra Inteligencia (CI) de La Habana para denunciar la corrupción que existe en el Instituto de la música. En particular, la CI de La Habana, porque la de aquí de Cienfuegos sabe que yo tengo la razón; pero no puede hacer nada. Es más, cuando yo hice la denuncia en la Fiscalía Provincial de La Habana, la fiscal que me atendió, de nombre Gladys, me dijo: Mira Henry, tú tienes toda la razón, mijo, pero yo no puedo llevar a juicio a un funcionario nombrado por el Consejo de Estado; si yo tengo que meter preso a Vistel, que quizás se lo merece, estaría yo afectando a la cultura y a la ideología del sistema. Yo no puedo procesar eso”.