Dos veces a la semana, Mayté, empleada bancaria, suele hablar y ver a su hija mediante una llamada audiovisual por internet que realiza desde un parque al oeste de La Habana. Las normas migratorias que las autoridades cubanas comenzarán a aplicar a partir del 1 de enero de 2018, aún no permitirán la visita a la Isla de profesionales que abandonaron sus puestos de trabajo en el extranjero, como hizo la hija de Mayté.
“Las nuevas medidas no derogan la normativa que impide a los médicos y profesionales que abandonaron sus misiones, regresar hasta después que pasen ocho años. De momento, todo se mantiene igual. Ellos (el régimen) tienen una necesidad imperiosa de buscar dinero, por eso implementan esta nueva reforma migratoria”, opina Mayté, luego de charlar con su hija en Miami a través de la aplicación IMO.
Un funcionario de Inmigración, que pidió el anonimato, asegura que “gradualmente habrán cambios en las normas migratorias, tanto para los cubanos que viven en el país , como los cubanos residentes en el exterior”.
Martí Noticias quiso saber si las futuras reformas anularían la prohibición que impide a los profesionales, catalogados como desertores, viajar a Cuba hasta después de ochos años, y cuándo se eliminaría la extensa lista negra que prohibe a opositores al régimen visitar su patria.
“Esa política de que a los dos años se pierden ciertos derechos va a cambiar a corto plazo. También la prohibición de los profesionales que desertaron en diferentes misiones. Incluso está en vigor una disposición que permite a los médicos que una vez decidieron marcharse, regresar al país. Ya el tema de los cubanos beligerantes que pretenden cambiar nuestro sistema político es diferente. Eso sigue siendo un asunto de seguridad nacional. Aunque por situaciones humanitarias sí han autorizado su entrada al país. Al Estado le interesa mantener una relación fluida con sus emigrantes. Y se harán todas las aperturas posibles en ese sentido”, explicó el funcionario.
¿Entonces en un futuro próximo los emigrantes cubanos podrían optar por cargos públicos?, le pregunto. “Por ahora no lo creo. Pero, repito, la voluntad del gobierno es llevar a un nivel superior las relaciones con la emigración, sobre todo con aquélla que no es confrontacional”, respondió.
Eduardo, economista, expresa que las nuevas medidas “están dirigidas a captar la mayor cantidad posible de divisas frescas. En medio de la actual recesión económica, con todas las trazas de convertirse en una crisis profunda por la disminución en un 40 por ciento de la importación de hidrocarburos desde Venezuela, y que Rusia y China no parecen dispuestas a involucrarse en la improductiva economía local, como sucedió en décadas pasadas, es indudable que el gobierno necesita abrir nuevos caminos para recaudar más dólares y euros. Las remesas familiares, el comercio minorista en pesos convertibles y el turismo de cubanos afincados en otros países, es un negocio que mueve cifras millonarias. Con esas medidas migratorias, y otras que pudieran venir, como facilitar la creación de pequeños y medianos negocios a cubanos residentes en el exterior, la situación económica pudiera dar un vuelco favorable. Siempre y cuando se realicen en un marco jurídico imparcial, independiente y fiable”.
Carlos, sociólogo, duda que estas regulaciones migratorias sean las primeras de un posterior conjunto de reformas económicas enfocadas hacia emprendedores privados o estimular futuros negocios con emigrados cubanos.
“No lo creo. Esas disposiciones son para mejorar el flujo de liquidez en las arcas estatales. Hasta que se demuestre lo contrario, el régimen siempre ha mirado con preocupación la autorización de negocios a cubanos que, entre otras razones, se fueron por tener discrepancias con el sistema socialista. En la actual Ley de Inversiones no se prohíbe a los cubanos radicados en otras naciones, tener negocios en Cuba, pero en la práctica el Estado no les abre la puerta. En tiempos de incertidumbre, con un empeoramiento de la crisis económica y el retroceso de las relaciones con Estados Unidos, el acercamiento con el exilio contribuiría a sacar al país adelante. Pero existe una casta de conservadores dentro del gobierno que no ven con buenos ojos ese acercamiento. Mira el freno de mano que le pusieron al trabajo particular. El objetivo de esta reforma migratoria es puramente financiero”, expone el sociólogo.
Luisa, madre de un pelotero habanero que juega en las ligas menores de Estados Unidos, cree que “el gobierno debiera tirar abajo todas las leyes que impiden viajar a Cuba a peloteros, médicos y otros profesionales que se quedaron durante una misión o evento deportivo. Malos, buenos o regulares, ellos son cubanos y tienen familias aquí. Si pudieran venir libremente, y no esperar a que pasen ochos años, si pudieran abrir negocios y en el caso de los peloteros, competir por la selección nacional, eso sí contribuiría a mantener relaciones mejores con una emigración ha sido vilipendiada. A los que se marchaban, los tildaban de escorias, traidores, gusanos”.
Yasmany, padre de dos hijos residentes en Miami, afirma que con las medidas anunciadas recientemente “el gobierno no le están haciendo un favor a los emigrantes cubanos. Es un derecho que está contemplado en las leyes internacionales. Si lo aprueban ahora es simplemente porque necesitan dinero”.
Gloria, abogada, manifiesta que “es una aberración jurídica que los cubanos tengan que habilitar el pasaporte para poder viajar a su país. Todo eso es absurdo. Lo conveniente sería que puedan ir y venir sin trabas legales por parte del Estado. También que puedan establecer negocios en su patria, ocupar cargos políticos o vivir una temporada afuera y otra adentro. En los últimos años, el gobierno ha avanzado en materia migratoria, pero abre los espacios poco a poco”.
Numerosas personas consultadas coinciden en que, de la misma manera que La Habana es la capital de todos los cubanos, Cuba es el hogar de todos los cubanos, vivan donde vivan y piensen como piensen. Y nadie debería tener derecho a regularle su libertad de viajar ni de establecerse en su ciudad natal cuando pueda o desee.
Pero el régimen tiene otro punto de vista. Por ello gobierna la Isla como si fuera de su propiedad.