El periodista independiente Mario Hechavarría abordó en su blog La Santanilla el tema de los derrumbes ocurridos en La Habana luego de las lluvias y severas inundaciones ocurridas este mes.
La calle Campanario, esquina a Estrella (Enrique Barnet), permanece obstruida al tráfico vehicular desde el sábado 23 al derramarse allí los escombros de un derrumbe ocurrido el día anterior, cuando se desplomaron techos y paredes interiores de una edificación que, según los vecinos, supera los cien años.
“Ya se sabe, cuando sale el sol después de los aguaceros, el calentamiento termina resquebrajando las estructuras y viene el desastre”, coincidieron al opinar varias personas, en tanto los llamados “escombreadores” comenzaban a beneficiarse del material depositado en la calle: el recebo, (así llaman a la arenilla producto del derrumbe, utilizada en la mezcla con cemento, muy estimada en nuevas construcciones).
También escatan los ladrillos antiguos enteros, altamente valorados para levantar paredes. Otro rubro comerciable son las vigas que antaño soportaban las estructuras,y que se conservan por la calidad de las maderas preciosas entonces utilizadas en la construcción.
“Unos pierden y otros ganan”, dijo un vendedor de vegetales al lado de su carretilla: “seguramente los pobres viejos que allí vivían”- señala al balcón milagrosamente en pie- no tenían dinero para reparar su apartamento, ahora estarán hasta su muerte en un albergue y, llegan los oportunistas, con palas y cernidoras, acopiando recebo en sacos, que luego venden a 50 pesos.”