Dos ciudadanos de diferentes regiones del país muestran las entradas a los refugios de sus localidades. En Caimanera lo hace Yeider Puentes, quien era un niño cuando comenzaron las construcciones en la zona, mientras en Guanabacoa, La Habana, lo hace Marilza Concepción.
Ambos coinciden en que los refugios en Cuba son focos infecciosos y que el Gobierno no se preocupa por buscarle una solución.