Un grupo de empresarios de Cuba, que están produciendo y vendiendo productos con éxito en la isla, viaja a Miami en mayo para intercambiar ideas y ayudar a descubrir soluciones a algunos de los desafíos que enfrentan los empresarios cubanos.
Participarán en la Conferencia eMerge Americas, sostendrán intercambios con empresarios locales y reuniones en las que van a discutir las realidades que enfrentan los microempresarios cubanos en la isla.
El intercambio se inscribe en el proyecto "Cuba Entrepreneurial Exchange", parte de la Iniciativa para pequeñas empresas del Grupo de Estudios Cubanos (Cuba Study Group).
Un informe relacionado de Cuba Study Group (una agrupación no partidista y sin fines de lucro integrada por personas de negocios, especializada en el tema cubano) destaca este lunes el desarrollo de los cuentapropistas, sector emergente de la sociedad cubana.
El estudio resalta la labor de los cuatro trabajadores por cuenta propia que tomarán parte en los intercambios en Miami, cubanos que han incursionado en empresas tan disímiles como la fabricación de bikinis, la confección textil, la impresión de envases promocionales y la repostería.
Después de 25 años enseñando como profesor universitario, Víctor Rodríguez se quedó sin trabajo en 1997 y empezó vendiendo productos artesanales en la Catedral, hasta que encontró una modalidad que es la que mantiene hasta hoy: La fabricación de bikinis. En la actualidad es propietario de una red que emplea a más de 50 trabajadoras.
Otro caso que Cuba Study Group pone como ejemplo es el de Caridad Limonta, una cubana que comenzó en 2008 confeccionando ropa con solo una máquina de coser de marca Singer, que su madre la había regalado. Ha llegado a registrar una marca que subcontrata costureras y vende sus productos en mercados que controlan otros empresarios.
Rubén Valladares es sociólogo pero, además, completó estudios de Economía y obtuvo una maestría en Negocios y Gestión Financiera. En 2012 se cambió del sector público (estatal) al privado y, con su esposa y otros familiares, estableció su propia compañía que fabrica e imprime promociones tales como bolsas de papel, tejido y otros como suéteres, gorras, cerillas, bolígrafos y llaveros. El negocio incluye ahora una tienda de impresión comercial y dos oficinas, una en La Habana y la otra en Varadero, con una nómina de entre 40 y 50 trabajadores y funciona para el Gobierno y compradores privados, lo que hace una totalidad de 400 clientes.
Por último, el estudio menciona la empresa familiar "Dulces Detalles", cuya propietaria se llama Vanessa Pino, una repostera que vende cakes y pasteles para eventos especiales. Abrió su negocio en 2012 después de detectar que no existía en el país una empresa dedicada a satisfacer esa demanda culinaria.