Una gran manifestación de rechazo a la violencia comenzó este sábado en Barcelona, con la participación excepcional del rey de España, en reacción a los atentados de Cataluña, que dejaron 15 muertos y más de 120 heridos, comprobó la AFP.
"Llenemos las calles de paz y de libertad", había llamado la alcaldesa de la segunda mayor ciudad de España, tras el doble ataque de Barcelona y Cambrils, pequeña localidad turística 120 km más al sur, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Tras una gran pancarta con el lema "No tinc por" ("No tengo miedo", en catalán), la marcha estaba encabezada por representantes de los colectivos que atendieron a los afectados: policías, bomberos o médicos en uniforme, pero también taxistas, comerciantes y vecinos que abrieron sus puertas a las víctimas.
En un hecho excepcional, el rey Felipe VI marchó con los manifestantes, en un espacio bastante alejado de la cabecera destinado a las autoridades, entre ellos el jefe del gobierno español Mariano Rajoy, numerosos presidentes regionales, ministros y líderes de partidos políticos.
Detrás de ellos ondeaban numerosas "esteladas", la bandera independentista catalana, ornada con una estrella blanca sobre fondo azul.
Los separatistas, que dirigen el gobierno regional catalán, están profundamente enfrentados con el gobierno de Rajoy por su deseo de celebrar el 1 de octubre un referéndum sobre la independencia, que según Madrid es ilegal y no tendrá lugar.
"La mejor respuesta: la paz", "No a la islamofobia", podía leerse en las pancartas de los manifestantes, que llevaban también rosas rojas, blancas y amarillas, los colores del escudo de Barcelona.
Otras manifestaciones de apoyo estaban previstas este sábado en ciudades españolas como Madrid, Valencia o Vigo.
[Agencia AFP y redes sociales]