Rusia reabrirá en Cuba el centro de espionaje electrónico de Lourdes, clausurado en 2001, tras un acuerdo sellado durante la visita que realizó la semana pasada a la isla caribeña el presidente ruso, Vladímir Putin, según publica hoy el diario ruso "Kommersant".
En el 2002 el territorio que ocupaba la base rusa fue convertido en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) con planes de llegar a construir ahí la llamada Ciudad Digital Avanzada.
El diario, que cita a fuentes cercanas al Kremlin, recuerda que el centro fue cerrado hace 13 años por la mala situación económica de Rusia en aquel entonces y por las reiteradas peticiones de Estados Unidos.
"Nuestras relaciones (con EE.UU.) se deterioraron mucho antes de (la crisis de) Ucrania. En realidad nunca han mejorado, salvo algunos periodos puntuales que han sido la excepción a la regla", señaló un alto funcionario ruso para explicar el resurgido interés de Moscú por las comunicaciones de Washington.
El sofisticado complejo de radares, capaz de captar señales electrónicas a casi 2.000 kilómetros y cubrir casi todo el territorio estadounidense, fue instalado en el suburbio de El Wajay, al suroeste de La Habana, en 1964, en el cenit de la presencia militar soviética en Cuba.
Ampliado y modernizado tras la desintegración de la URSS, "hoy su utilidad será incluso mayor, ya que a diferencia de entonces, Rusia no tiene medios de espionaje electrónico en el espacio y sus capacidades para interceptar comunicaciones mediante la flota son incomparablemente menores", observa "Kommersant".
Construido por el servicio de espionaje militar soviético (GRU), el centro de Lourdes permitió a la URSS interceptar los planes de Washington contra Irak en 1991.
Un excoronel del KGB que desertó de Rusia dio a conocer en 1998 el alcance del centro al declarar que, tras la invasión de Kuwait por Irak en 1990 y la campaña "Tormenta del Desierto" en enero de 1991, Moscú espió en todo momento desde Lourdes los planes bélicos de la coalición internacional que invadió el país árabe.
Según los servicios secretos occidentales, desde Lourdes se podía "interceptar faxes, conversaciones telefónicas y comunicaciones por
ordenador".