A continuación, un editorial que refleja las opiniones del Gobierno de los Estados Unidos:
En una reciente rueda de prensa de fin de año en el Departamento de Estado, el Secretario de Estado Marco Rubio explicó cómo se ha reajustado la política exterior estadounidense bajo la presidencia de Donald Trump.
Esto era necesario, dijo el Secretario Rubio, porque "muchas de las instituciones, políticas y supuestos en los que se basaba nuestra política exterior se construyeron sobre un mundo que ya no existe".
Uno de los fundamentos perdidos era que, en esencia, la política exterior estadounidense debe estar al servicio del interés nacional de los Estados Unidos. Esto, a su vez, exigió definir el interés nacional, explicó el Secretario Rubio.
“Lo definimos como estar a favor de políticas exteriores que hagan que Estados Unidos sea más seguro, más fuerte o más próspero; ojalá las tres cosas, pero al menos una de ellas. Y luego se requiere priorizar. Incluso el país más rico, poderoso e influyente del mundo tiene recursos limitados, tiene tiempo limitado, y debe poder dedicar esos recursos y ese tiempo a través de un proceso de priorización”.
Luego, se necesitan los mecanismos de política exterior para lograrlo. Esto ha requerido una reorganización en el Departamento de Estado que, entre otras cosas, ha empoderado a sus oficinas regionales y al personal que las integra para que tengan mayor influencia sobre cada elemento de la política exterior estadounidense.
El Departamento de Estado también reevaluó el papel de la ayuda exterior, dijo el Secretario Rubio, quien explicó que no se trata de una actividad separada del gobierno de los Estados Unidos.
"Es un elemento y una herramienta de nuestra política exterior, y debe utilizarse con el propósito de promover el interés nacional. Eso no significa que no nos importen los derechos humanos. Eso no significa que no nos importe la hambruna. Eso no significa que no nos importe el hambre”, declaró el canciller estadounidense.
Lo que sí significa, aclaró Rubio, es que “el dinero de los contribuyentes debe gastarse en beneficio de nuestra política exterior, debe invertirse en lugares y en proyectos que promuevan nuestra política exterior, e incluso eso no es ilimitado”.
Una prioridad para el Presidente Trump ha sido desempeñar el papel de pacificador en todo el mundo, por lo que Estados Unidos ha participado en conversaciones de paz sobre los conflictos en Rusia y Ucrania, India y Pakistán, Tailandia y Camboya, Sudán, y Armenia y Azerbaiyán.
El acuerdo de paz entre Israel y Gaza fue un hito y sigue vigente. Actualmente hay un alto el fuego. La guerra ya no se libra con la misma intensidad y magnitud que antes. “Pero, obviamente, aún queda trabajo por hacer. Todavía estamos en el proceso de implementar la fase uno, que conducirá a la fase dos y a la fase tres. Este es un proyecto a largo plazo, parte del cual se extenderá más allá de los cuatro años de esta administración”.
Estados Unidos continuará aplicando una política exterior que, ante todo, sirva al interés nacional.
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