Ariel Ruiz Urquiola, prisionero de conciencia del régimen cubano, fue trasladado este viernes del calabozo de máxima seguridad hacia el policlínico de la prisión donde permanece en huelga de hambre y sed.
El científico, que desde hace 8 días no come ni bebe agua, por el momento se encuentra "bajo observación", según las autoridades médicas de la cárcel, negado a que se le administren sueros ni suplementos alimenticios.
Su hermana, Omara Ruiz Urquiola, recibió una llamada del director del policlínico de la prisión provincial en Pinar del Río (ubicada en el Km 5 y 1/2 de la carretera hacia el pueblo Luis Lazo), quien se identificó como el doctor Julio César García.
“Me llamó para decirme, o sea para preguntarme, que mi hermano necesitaba saber si finalmente yo había obtenido el visado humanitario para irme a hacer los estudios de tensión a los Estados Unidos, que esa era su única preocupación. Yo le dije que justamente me habían llamado hoy de la Embajada y que sí estaba en trámite mi visa humanitaria”, dijo Omara este viernes en el programa Cuba al día de Martí Noticias.
Según Omara, García le manifestó su preocupación por la salud de Ariel, por la cantidad de días que lleva sin tomar agua y le aseguró que “en el momento” en que el biólogo “caiga en un estado crítico, sí le van a suministrar sueros”.
Omara Ruiz Urquiola es paciente de cáncer desde hace 13 años. En noviembre de 2016, ya Ariel protagonizó una huelga de hambre y sed, frente al Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología, para protestar por la falta de medicamentos para enfermos de cáncer, entre ellos su hermana.
La última vez que Omara le visitó en prisión, el científico descubrió que su hermana tenía varias lesiones en la piel, provocadas por la ausencia del tratamiento médico que su enfermedad requiere.
“Mi esperanza es que mañana (sábado) va un grupo de amigos para allá a tratar de hablar con él y decirle que realmente la visa está tramitándose, que no hay ningún problema, porque como yo le oculté la ausencia del medicamento durante dos ciclos en el Oncológico y la progresión de mi enfermedad durante esos dos ciclos, él ya no me cree a mí ni le cree a mi mamá. Entonces estos amigos van a hacer la gestión mañana de ir a la prisión para tratar de convencerlo y revertir la situación, que es crítica”, lamentó.
La madre de Ariel lo visitó más recientemente y lo encontró "muy deteriorado". "Le pidió a mi mamá que se fuera, no quiere ver a nadie, que nadie vaya a verlo, está plantado (...), que no va a abandonar la huelga de hambre y de sed, porque es por su liberación”, había precisado Omara este jueves en Cuba al día.
La joven profesora cree que si los amigos logran convencerlo de que la visa humanitaria está tramitada, Ruiz Urquiola podría abandonar la huelga.
“Pienso que sí, pero vamos a ver qué es lo que pasa (...) Le pido a Dios y a la Virgen que intercedan, a través de estos amigos que son bien influyentes todos, y que él logre deponer la huelga”, expresó.
Omara, aunque ha dicho respetar la decisión de su hermano, no considera que las huelgas de hambre sean un método efectivo para enfrentar la dictadura.
“Las maneras de luchar para mí son otras”, subrayó la joven profesora, de quien el doctor en ciencias biológicas se convirtiera en médico de cabecera luego de que, 13 años atrás, le pronosticaran pocos días de vida. Al ser recluido no pudo atender más a su hermana, quien requiere atención especial.
“Pero ya tratándose de mí salud y como a él le negaron la salida a trabajar, que era la vía que tenía de comunicarse conmigo, para saber en qué punto estaba esa tramitación, evidentemente él colapsó, al no saber nada. Además le hizo mucha mella leer su sentencia de apelación. Está circulando en las redes sociales hasta un audio que corrobora que todo este proceso (penal) de Ariel es una falsedad y es injustificado. Todo eso le hizo mucho daño y al no tener contacto conmigo, habiéndose dado cuenta que me había faltado el medicamento y de que eso había tenido consecuencias en mi cuerpo, eso verdaderamente fue un detonante”, añadió.
“Confío en que nuestros amigos, cuando le hagan manifiesta la realidad de la visa humanitaria, logren revertir la situación y Ariel deponga la huelga”, concluyó.
Días atrás Ariel Ruiz Urquiola realizó un análisis de la sentencia que lo condenó a la cárcel, rebatiendo cada punto, considerándolo un proceso sin fundamento, y redactó un documento sobre su sentencia de apelación, que calificó de "bochornosa".
El pasado martes, un grupo de familiares y amigos entregaron una carta a la fiscalía general, informando de las violaciones que se comenten al reglamento establecido en el campamento de régimen abierto donde antes se encontraba confinado.
Amnistía Internacional (AI) declaró "prisionero de conciencia" a Ruiz Urquiola, condenado el 8 de mayo a un año de privación de libertad, pena máxima por el supuesto delito de “desacato”, bajo el cual el régimen cubano ha puesto tras las rejas a un gran número de sus opositores. En su informe, AI dice que fue "encarcelado únicamente por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión" y "debe ser liberado de manera incondicional e inmediata".
El biólogo había expresado su desacuerdo con prácticas erróneas como la tala indiscriminada de árboles, la caza de especies en extinción y la contaminación de las fuentes acuíferas en el Valle de Viñales (Pinar del Río), declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad desde 1999. Su tesis doctoral evidenció malos manejos y violaciones del desaparecido Ministerio de la Industria Pesquera de Cuba. Antes de ser enjuiciado, fue desalojado del terreno que había obtenido en usufructo, donde trabajaba en la protección y desarrollo de especies.
El documento de AI pide que "en espera de su liberación” el doctor en ciencias biológicas “no sea maltratado, intimidado o amenazado” y urge al régimen de La Habana a garantizar “el derecho a la libertad de expresión, reunión y asociación, incluidas las voces críticas”, así como a derogar las “leyes que limitan indebidamente estos derechos” en el país.
Un día antes de conocerse el informe de AI, Omara denunció a Martí Noticias un intento de la policía política para socavar, a través de la condición homosexual del científico, el apoyo que se había ganado de gran parte de la población penal, por su firme posición ante la violación de sus derechos. La joven profesora aseguró que “la visibilidad del caso” en medios internacionales incidió en su trasladado a una cárcel de menor rigor.
Pero luego de iniciar la huelga de hambre y sed, fue entonces regresado a la prisión Kilo 5. Según sus familiares, este retorno es una represalia del régimen.
El padre del científico, Máximo Omar Ruiz Matoses, un ex alto oficial del ejército cubano que cumplió 17 años de cárcel por desafiar al régimen castrista y luego se exilió en España, asegura que lo que sufre su hijo es una venganza por el antecedente familiar.
(Con información del programa Cuba al Día y martinoticias.com)