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Día de Rusia con arrestos y consignas contra Putin


Más de mil rusos fueron arrestados este lunes, cuando en el país se celebraba el Día de Rusia. La lucha contra la corrupción fue el tema que volvió a unir a los manifestantes en todo el país, desde Vladivostok hasta San Petersburgo. Y la celebración oficialista se convirtió en una cita antigubernamental, que no gustó en el Kremlin. "Exigimos respuesta" era la consigna general de los manifestantes.

Las autoridades en las ciudades donde se planificaron las protestas se esmeraron en impedirlas. En unas dieron el permiso para manifestarse a las 7 de la mañana, se autorizaban en zonas lejos del centro o las empresas que alquilaba equipos de audio y video el audio se negaban a dar servicios.

Alexei Navalny, el líder anticorrupción ruso, ante la falta de equipos de audición, decidió llevar la protesta de la avenida Sajarov a la calle Tverskaya, que desemboca en la Plaza Roja. En el Kremlin prefieren una fiesta con timbre triunfalista a las críticas de la sociedad coreadas por jóvenes en las calles. Navalny fue detenido a la salida de su casa y condenado a 30 días de cárcel por “repetidamente romper las normas de organización de acciones”.

Irónicamente fueron arrestadas más personas en la cuna de Putin, San Petersburgo, que en Moscú. En la ciudad del Neva fueron 900 los que terminaron tras las rejas, y en Moscú 700. Algunos medios calculan en cerca de dos mil los arrestados. La policía arremetía con bastones y otros vestidos de civiles golpeaban a los arrestados. Se protestó en Vladivostok, Kaliningrado, Sochi, Norilsk y Novgorod.

Los que protestaban no marchaban en columnas o se reunían en un lugar específico. Iban caminando entre la multitud, y gritaban consignas contra Putin, su premier Medveded o los líderes locales a los que piden en sus comarcas rendir cuentas. Adolescentes rusos llevaron la voz cantante de las protestas, nuevas figuras opositoras que no encajan en los partidos permitidos por el Kremlin. La prensa oficial rusa sacaba titulares soviéticos, como “La fiesta que intentaron robar”.

La protesta de este 12 de junio, al igual que la del pasado 26 de marzo demostró que hay dos Rusia, como dos son las cabezas de águilas del escudo ruso. Una Rusia que posa para las cámaras, y aparece en los canales estatales sonriendo, y otra que sale a la calle, grita y es arrestada.

Este 12 de junio vimos una Rusia desde el Kremlin, con marcialidad y pompa. Putin dando premios nacionales a escritores, ingenieros, astrónomos; y pasaportes a un grupo de adolescentes que cumplieron los 14 años. Otra en la calle, con el pato en la mano, exigiendo el fin de la corrupción y una Rusia sin Putin.

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    Álvaro Alba

    Historiador y periodista especializado en temas de Europa del Este y la ex Unión Soviética. Máster en Historia por la Universidad Estatal de Odesa, Ucrania. Premio Emmy 2017 (Emmy Award) en la categoría de Documental Histórico.

    Ha publicado en ABC, Diario de Las Américas, El Nuevo Herald, entre otros. Actualmente trabaja en MartiNoticias.com. Autor de Castro y Stalin, almas gemelas (2002); En la pupila del Kremlin (2011) y Rusia: la herencia del estalinismo (2012). Es Asociado Principal de Investigación (Senior Research Associate) del Centro de Estudios Cubanos (Cuban Studies Institute CSI) de Miami y miembro de la Asociación para Estudios Eslavos y del Este de Europa (ASEEES).

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