Hacía años que en Europa no veían amenazas desde Moscú. Aunque algunos predijeron el fin de la historia, esta continúa repitiéndose. Las canciones, películas y refranes donde los rusos, con sus tanques y aviones desembarcaban en suelo europeo parecían cosas del pasado. Pero de nuevo los aviones rusos vuelan en cielos ajenos, los submarinos se pierden bajo las olas, en aguas que no son rusas; y los soldados de Moscú ponen sus botas en las tierras de los vecinos.
Un oficial de la inteligencia de Estonia, Eston Kovher, fue secuestrado a principios de septiembre por agentes del espionaje ruso en suelo de su país. El agente investigaba los casos del cruce de la frontera entre Estonia y Rusia y el contrabando que allí sucede. Ahora permanece en cárceles de Rusia, a la espera de un juicio que poco tiene que ver con la jurisprudencia.
Los suecos volvieron a revivir otra de las imágenes comunes de la Guerra Fría, cuando submarinos rusos encallaban en los arrecifes del país de ABBA
La versión rusa difiere de la de Estonia, asegurando que estaba en tierra rusa, y allí le detuvieron por espiar. En la Unión Europea le ha pedido a Moscú la inmediata liberación de Kovher, pero los rusos insisten en su versión. El secuestro ocurrio a los dos días de visitar Estonia el presidente Barack Obama y prometer ayuda a las tres naciones del Baltico: Estonia, Lituania y Letonia ante la amenaza de Rusia.
Los suecos volvieron a revivir otra de las imágenes comunes de la Guerra Fría, cuando submarinos rusos encallaban en los arrecifes del país de ABBA y en ocasiones se tenía que salir a la superficie en busca de oxígeno y comida. Una llamada de socorro fue registrada por el servicio de información sueco, era un ruso y tenía como destinatario una base naval en la cercana región de Kaliningrado, la antigua Prusia oriental, que desde el fin de la Guerra Fría paso a manos de Moscú. El submarino fue visto por los vecinos de la zona, por lo menos en tres ocasiones, y los mensajes, ya codificados y a la misma dirección se detectaron por los servicios de inteligencia de la OTAN. La armada sueca, bien entrada en seguir el rastro de submarinos rusos estuvo rastreando casi una semana todas las rocas del litoral. Especialistas aseguran que la nave, que señalan como un minisubmarino, se comunicaba con el buque madre.
En esta ocasión la intromisión naval estuvo precedida por la violación del espacio aéreo, dos semanas antes, por dos aviones rusos. El gobierno de Estocolmo llamo entonces al embajador ruso para protestar.
Los suecos conocen bien a los submarinos rusos y sus “desvíos” en el fondo del mar. En 1981 cuando los suecos probaban un nuevo tipo de torpedos, a los kilómetros de la base naval apareció un submarino ruso con armas nucleares. El navío soviético tuvo que apelar a la asistencia de los suecos, tras varias negativas iniciales a reconocer el desastre. La búsqueda del submarino por parte de las fuerzas armadas suecas ha sido la mayor desde el fin de la Guerra Fría.
por tierra, por aire y por mar, los rusos expanden sus músculos, enseñan su poderío y atemorizan a los vecinos.
Aviones rusos estuvieron hiperactivos en el espacio aéreo de Europa y en varias ocasiones naves de la OTAN tuvieron que salir de sus bases para interrumpir las tareas de los rusos. Solamente en dos días, los aviones de la Alianza Atlántica estuvieron tras 26 naves rusas, todas en la zona del norte de Europa, inclusive en la costa norte de Portugal. Los aviones eran de varios tipos: Mig-31, Il-78, Su-27, Su-24, Tu-95. Tuvieron que salir en su intercepción aviones de Gran Bretaña, Portugal, Turquía, Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia, aunque estos dos últimos países no militan en la OTAN. En comparación con el 2013, aunque aún faltan dos meses para que termina el año, la actividad de los aviones rusos es tres veces mayor. No hubo registro de vuelo por parte de los rusos, ni comunicación con las autoridades civiles de control de vuelos por las zonas donde volaban, como habían hecho en otras ocasiones y lo estipula la práctica para esos casos.
Analistas coinciden que el 2014 es el año donde las crisis con o sobre Rusia han sido: las primeras, las mayores, inusuales, o las más sangrientas, desde que finalizo la Guerra Fría. Putin ha puesto en actividad la maquinaria militar rusa como no lo había hecho desde que Moscú ordeno la invasión a Afganistán en 1979. Las víctimas son las mismas, las naciones vecinas, lo mismo al sur con Georgia, al oeste con Ucrania o al norte con Estonia. Y por tierra, por aire y por mar, los rusos expanden sus músculos, enseñan su poderío y atemorizan a los vecinos. No es inusual en la política del Kremlin, pero algunos creían que la historia había terminado.