Un tribunal ruso envió el martes a la cárcel al líder opositor Alexei Navalny tras dictaminar que había violado las condiciones de su libertad condicional, una condena que el político atribuyó al odio y miedo que siente hacia él el presidente Vladimir Putin.
El tribunal de Moscú condenó a Navalny a tres años y medio de prisión, pero su abogado dijo que el bloguero anticorrupción sólo cumpliría dos años y ocho meses de cárcel debido al tiempo que ya ha pasado bajo arresto domiciliario.
La sentencia, muy esperada y que siguió a las protestas nacionales para pedir la liberación de Navalny, puede tensar aún más las relaciones con Occidente, que probablemente considere la posibilidad de imponer sanciones a Rusia por su gestión del caso.
Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania instaron a Moscú a liberar inmediatamente a Navalny, y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que Washington se coordinaría estrechamente con sus aliados para exigir responsabilidades a Rusia.
Navalny, uno de los opositores más importantes al presidente Vladimir Putin, había sido detenido en la frontera rusa el 17 de enero tras regresar de Alemania, donde se recuperó de haber sido envenenado con una toxina nerviosa de uso militar.
Los aliados de Navalny llamaron a sus partidarios a protestar inmediatamente contra la sentencia en el centro de Moscú, pero la policía ya estaba desplegada en la zona.
El abogado de Navalny dijo que el político opositor recurriría la sentencia.