Tanto la severa sequía y los temblores de tierra en Santiago de Cuba, como las insólitas inundaciones en La Habana, mantienen en alerta a los cubanos en medio de una situación climatológica que lejos de ayudar está agravando las malas condiciones de vida que enfrentan muchos en la isla.
Desde el pasado fin de semana medios locales han informado acerca de las penetraciones del mar en La Habana, donde pobladores tuvieron que ser asistidos por rescatistas para poder salir a salvo de sus viviendas cercanas al litoral habanero.
Paradógicamente en Santiago de Cuba, -donde cientos de sismos han ocurrido en los últimos días-, una severa sequía amenaza a los pobladores llevando al Gobierno a tomar medidas excepcionales.
Aunque no se han reportado pérdidas humanas ni materiales tras el incremento de la actividad sismológica, muchos se han mantenido en la calles por los crecientes temores en áreas donde las viviendas están en malas condiciones constructivas.
Y por si fuera poco, este fin de semana el periódico local Sierra Maestra publicó un amplio reporte sobre la sequía en Santiago de Cuba, un fenómeno que ha agravado la crisis en la producción agrícola, clave en la alimentación de la población.
"Adoptan medidas emergentes ante extrema sequía", dijo un amplio reporte del periódico del Partido Comunista en Santiago de Cuba.
La publicación dijo que las presas que abastecen a territorios santiagueros están a 29% de la capacidad total de llenado, una situación grave para el territorio que busca implementar medidas.
Los niveles han descendido también en las cuencas que tributan a los embalses, con precipitaciones del 53% durante 2015, dijo el diario, que recordó que al estar abiertas al mar, también se encuentran propensas a la penetración salina.
La ciudad de Santiago de Cuba continúa entre las más afectadas, junto a otros territorios como Palma Soriano y Tercer Frente.
Entre las medidas para hacer frente a la sequía, el gobierno local ha implementado ciclos de distribución del agua a la población, incluyendo molestos atrasos o alargamientos de los ciclos de entrega.
La compra de pipas para la distribución de agua por parte del Estado, así como la venta a la población de tanques para que almacenen el vital líquido son algunas de las medidas emergentes para enfrentar la actual crisis.
La sequía es en parte causante de la subida de los precios de los alimentos provenientes de la agricultura, que está llevando al Gobierno a topar las tarifas controladas por la ley de la oferta y la demanda, lo que ha sido visto como un aparente retroceso de las reformas económicas implementadas en los últimos tiempos.
