A medida que la policía clausuraba las instituciones, algunos padres decidieron enviar a sus hijos a casa y se prepararon para posibles confrontaciones con la policía para el domingo al amanecer.
Las tensiones se incrementaron en todo el país por el controversial plebiscito. En Madrid, miles se manifestaron en contra de los separatistas que intentan romper su nación. Demandaron que los líderes catalanes del movimiento fueran enviados a prisión. En Barcelona, la capital de Cataluña, miles más salieron a las calles para exhortar que su próspera región permanezca en España.
El Tribunal Constitucional español suspendió la votación hace más de tres semanas. Por su parte, el gobierno federal calificó la votación de ilegal. La policía ha recibido instrucciones de impedir que se vote el domingo y en los últimos días ha confiscado papeletas y publicidad.
El gobierno catalán ha afirmado que seguirá adelante de todos modos y ha instado a los 5,3 millones de votantes registrados en la región a que participen.
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España dijo el sábado que el plan del gobierno catalán es antidemocrático y que va “en contra de las metas e ideales que la Unión Europea” trata de fomentar.
“Lo que están impulsando no es democracia. Es una burla a la democracia, una parodia de la democracia”, dijo el ministro Alfonso Dastis a The Associated Press.
Un alto funcionario español de seguridad en Cataluña dijo que la policía ya había clausurado más de la mitad de las 2.315 escuelas que servían como centros de votación y que desmanteló un software que se iba a utilizar en el referendo.
Enric Millo, el funcionario español más importante en la región del noreste, dijo que los padres y estudiantes fueron encontrados en 163 escuelas mientras hacían actividades cuando la policía clausuró las instalaciones el sábado, pero que todavía restaba revisar otras 1.000.
Se le había ordenado a la policía de la región no utilizar la fuerza, pero de desalojar las escuelas para las 6 horas del domingo, antes de la apertura de los centros programada para las 9 horas.
Millo indicó que cualquier persona que permanezca en las escuelas después de las 6 de la mañana deberá ser retirada de acuerdo con las órdenes de un juez, pero predijo que no habrá problemas significantes.
Las autoridades ya han confiscado 10 millones de papeletas en los últimos días, lo que hace más complicado el panorama a los funcionarios catalanes para sostener una votación efectiva.
Millo dijo que el gobierno iba a tolerar un sistema de votación en las calles pero que ningún resultado sería considerado como una prueba electoral válida.
“Siempre se puede poner una mesa en la calle, con algunas cubetas y papeles dentro”, dijo. “Pero lo que las autoridades catalanas han prometido es un referendo efectivo con garantías legales y vinculante, eso es algo que hoy podemos asegurar que no se va a celebrar”, agregó el funcionario.
En Madrid, miles de personas se reunieron en la plaza central para manifestarse en contra del gobierno regional de Cataluña por el impulso para sostener un referendo sobre la independencia de la región de España.
Simpatizantes de la unidad española se reunieron en la Plaza de la Cibeles el sábado por la mañana y gritaron "Viva España" y "¡Puigdemont a la cárcel!".
El presidente regional de Cataluña, Carles Puigdemont, quien está a favor de la separación de la región de España, figura entre aquellos que han promovido el referendo de independencia programado para el domingo.
El principal grupo cívico promotor de la independencia de Cataluña dice que la participación de 1 millón de votantes _menos de la quinta parte del electorado_ bastaría para declarar el referendo de secesión un “éxito abrumador”, dados los esfuerzos del gobierno central para impedir la votación.
El presidente de Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, dijo que la represión con la presencia de efectivos policiales cerca de los lugares de votación puede inhibir la participación.
Las autoridades catalanas habían expresado la esperanza de que votaran más de las 2,3 millones de personas que lo hicieron en un simulacro de plebiscito en 2014, cuando más del 80% votó por la independencia.
El gobierno catalán ha jurado declarar la independencia de España dentro de las 48 horas siguientes al referendo si gana el “sí”, cualquiera que sea el nivel de participación.
(Con información de AP)