El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, afirmó este viernes que la crisis de emigrantes cubanos varados en suelo costarricense no debe ser mezclada con la geopolítica y que espera que exista la voluntad internacional para solucionar el problema.
"Tengo la viva esperanza de que los cancilleres harán su mayor esfuerzo para garantizar que encontremos una solución humanitaria para estos migrantes", declaró hoy Solís a periodistas tras inaugurar una planta hidroeléctrica en la localidad de Turrialba, en el este del país.
El mandatario se refirió así a la reunión extraordinaria que se llevará a cabo en El Salvador el próximo martes, entre los cancilleres de Centroamérica, ampliada a México, Cuba, Ecuador y Colombia.
Desde el pasado domingo, Costa Rica inició contactos diplomáticos con los países involucrados en el tránsito de los emigrantes, con el fin de buscar una solución como la creación de un "corredor humanitario", concepto que, según dijo Solís hoy, está siendo cuestionado por "alguna gente", pues se suele usar para conflictos bélicos.
"Hay que construir un espacio de tránsito para que el flujo de emigrantes cubanos puedan viajar con seguridad, documentados, en condiciones adecuadas, sin recurrir al crimen organizado", manifestó.
"Para lograr esto se necesita la colaboración de todos los países, desde Cuba hasta Estados Unidos (...) Si hubiera voluntad política habría posibilidad de éxito", expresó.
Desde el pasado sábado, Costa Rica ha recibido una oleada de unos 2.400 emigrantes cubanos, que portan pasaporte, y que salieron legalmente de su país vía aérea a Ecuador, desde donde se movilizaron irregularmente por Colombia y Panamá.
Costa Rica les dio visa de tránsito por siete días, que extendió este viernes a 15 días más, para que continúen su camino hacia Estados Unidos, pero el pasado domingo Nicaragua les cerró la frontera y acusó a Costa Rica de provocar una crisis humanitaria.
Solís hizo un llamado a Nicaragua a separar las diferencias bilaterales que mantienen distanciados a ambos países, del problema que viven los cubanos.
"No vamos a suspender la entrega de visas de tránsito aunque nos quedemos solos en América Latina. Esto es un compromiso de carácter humanitario y no un problema de orden geopolítico", aseveró el gobernante.
La crisis puede haber sido causada por la desarticulación la semana pasada de una red de tráfico de inmigrantes en Costa Rica, según el Gobierno.
"Hay que abrir la frontera pronto porque si no, los que lucrarán con los padecimientos de los migrantes son esas redes de tráfico de personas", advirtió Solís.
El Gobierno de Nicaragua también acusó a Costa Rica de "pretender victimizarse" y proclamarse como defensor de derechos de los emigrantes, lo que Solís rechazó.
"Costa Rica es un país que puede mirar a los ojos a la comunidad internacional y no requiere de excusas que tengan como víctima a una población tan necesitada como la de los migrantes cubanos para llamar la atención internacional", expresó el presidente.
El mandatario agradeció la "demostración de amor" y el "compromiso extraordinario" de organizaciones de la sociedad civil, comunidades, iglesias, organismos de socorro e instituciones públicas que brindan ayuda humanitaria a los cubanos.
Costa Rica ha habilitado siete albergues cerca de la frontera con Nicaragua, donde atiende a 1.300 cubanos, mientras otros 400 prefirieron quedarse en el puesto fronterizo de Peñas Blancas.