La Universidad de La Habana vetó esta semana por "criterios políticos" la participación del académico y profesor estadounidense Ted Henken en una conferencia en la capital cubana.
La rectora de la Universidad de La Habana, Miriam Nicado García, canceló la asistencia de Henken a la cuarta conferencia anual de colaboración entre el alto centro de estudios cubano y la Universidad de Rutgers de Nueva Jersey que se celebró en La Habana del 10 al 15 de noviembre.
En entrevista con Radio Televisión Martí, Henken denunció las circunstancias en que ocurrió su veto de la conferencia “La evolución de una nueva economía, ciencia y sociedad de Cuba: desafíos y oportunidades”, y las razones por las que, a su juicio, fue suspendida su presentación.
Tras el anuncio de la conferencia, cuenta Henken, realizó los trámites reglamentarios para participar y fue aceptado, según describe, “con entusiasmo” por parte de los organizadores.
Henken subrayó que ha trabajado por más de 20 años en el tema del sector privado empresarial cubano, un sector que en Cuba cuenta con poco espacio. Son solo micro empresas privadas a las que denominan trabajo por cuentapropia, dijo.
“Desde hace tres años en 2016 fui a Cuba, -narra el académico- y conocí a algunas personas que han creado un proyecto comunitario en La Habana Vieja que se llama Artecorte cuyo titular (coordinador) se llama Papito Valladares”.
Henken investigó sobre el proyecto Artecorte dentro del sector de empresas no estatales en Cuba y ese fue el tema que escogió para presentarlo en la conferencia de La Habana.
“Básicamente mi trabajo trata de responder a la pregunta ¿este proyecto exitoso en La Habana Vieja se pudiera expandir o repetir en otros lugares de Cuba, o es un fenómeno restringido al contexto muy particular de La Habana Vieja?”.
Pero Henken no tuvo la oportunidad de compartir su experiencia investigativa con los académicos de la isla.
“Veinticuatro horas antes de mi partida me llama urgentemente la representante de Rutgers en Nueva Jersey diciendo que ella había recibida una llamada de cólera de que este señor Ted Henken está en el programa, pero no puede participar y si participa la rectora de la Universidad de La Habana no va a estar ahí”, explicó el investigador.
Por esta imposición absurda, Henken escribió una carta a la Universidad de Rutgers exigiéndoles que hicieran valer sus derechos académicos con los representantes de la Universidad de La Habana, o que deberían cancelar el evento. Pero la institución estadounidense se negó debido al tiempo y dinero que habían invertido.
“Van a reembolsarme mis gastos, pero el principio sigue siendo violado: la libertad académica”, indicó Henken.
El académico lamentó que Cuba usara un criterio político para impedir su participación en la conferencia, en lugar de aplicar criterios académicos.
“Yo tengo una historia, digamos, de independencia académica en cuanto a mis investigaciones acerca de Cuba. Y yo he defendido los viajes, por ejemplo, de académicos cubanos hacia Estados Unidos y también los viajes de cubanos disidentes o independientes a Estados Unidos”, aseguró el especialista.
“Entonces he provocado críticas en el pasado por mi postura, yo diría clara y equitativa, en cuanto a esa libertad académica o de intercambiar ideas, tanto del lado oficial como del disidente o independiente”, añadió.
“Hace unos años, en el congreso de Lasa, que es el congreso más importante de los estudios latinoamericanos, hice una protesta de que Cuba no deja ni a sus académicos ni a su gente de sociedad civil viajar libremente, mencionando los nombres de Oscar Espinosa Chepe, Yoani Sánchez y Omar Everleny Pérez Villanueva. Pero también he defendido los derechos de los cubanos académicos de la Universidad de La Habana, por ejemplo, de conseguir visas y participar en eventos en Estados Unidos”, recordó Henken.
“Y también estando en Cuba muchas veces he hecho entrevistas con blogueros independientes, con gente disidente, con gente crítica, y tengo lazos estrechos con ese mundo independiente en Cuba. A mi juicio, es por eso que no querían dejarme entrar en la Universidad de La Habana, y básicamente lo explicaron a la representante de Rutgers, pero no le dieron muchos detalles”.
“La Universidad de La Habana tenía un criterio político y estaban aplicando este criterio político más allá de los criterios académicos”, concluyó.
La bloguera cubana Yoani Sánchez lamentó en Twitter el veto al profesor estadounidense: “Muy triste, una universidad debe ser punto de encuentro, centro de debate y espacio de pluralidad, pero en lugar de eso la casa de altos estudios cubana se ha convertido en el "brazo académico" de la censura, la exclusión, la discriminación ideológica y la mediocridad”.
Henken, ganador en 2007 del Premio a la Excelencia Presidencial en Enseñanza Distinguida de Baruch College, del que es profesor asociado de Sociología y Estudios Latinoamericanos, cuenta con un Doctorado del Centro Roger Thayer Stone de Estudios de América Latina de la Universidad de Tulane.
Se especializa en cursos sobre cultura y sociedad cubana contemporánea, sociología de Internet, América Latina contemporánea, latinos en EEUU, migración internacional y análisis urbano en La Habana, Nueva York y Nueva Orleans, entre otras especialidades.