Los presuntos autores de los ataques en Barcelona y Cambrils, en el noreste de España, preparaban atentados de mayor envergadura, pero tuvieron que rebajar sus planes, afirmó la policía este viernes, cuando el número de víctimas del doble atentado aumentó a 14 muertos y 120 heridos.
Al anunciar avances en la investigación, el comisario jefe de la policía regional de Cataluña afirmó que el principal sospechoso, el conductor que arrolló a una multitud en Barcelona, podría estar entre los cinco "presuntos terroristas" abatidos por las fuerzas de seguridad la madrugada del viernes en Cambrils, a 120 km al suroeste.
La policía ha detenido hasta el momento a cuatro sospechosos en otras dos localidades en Cataluña, tres marroquíes y un español nacido en Melilla, de entre 21 y 34 años y sin antecedentes relacionados con terrorismo. También identificó a tres de los cinco presuntos atacantes abatidos, pero sin revelar detalles.
Los dos atentados siguieron el mismo modus operandi, con conductores que arrollaron deliberadamente a los peatones con sus vehículos, en el último ataque de este tipo en Europa, que recibió la condena de los líderes mundiales.
En medio de la consternación, en una manifestación excepcional, el rey Felipe VI, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y su homólogo catalán, Carles Puigdemont, junto a miles de ciudadanos guardaron este viernes al mediodía un minuto de silencio e Barcelona en homenaje a las víctimas, seguido de un largo aplauso y cánticos de "no tinc por", "no tengo miedo" en catalán.
La masacre, reivindicada por la organización yihadista Estado Islámico (EI), podría haber sido peor, reconoció la policía.
"La tesis que estamos barajando" es que "se estaban preparando ya desde hace algún tiempo alrededor de este domicilio de Alcanar", un municipio 200 km al sur de Barcelona donde en la noche del miércoles se produjo una explosión, explicó Josep Lluis Trapero.
"La explosión en Alcanar lo que ha hecho es evitar (...) atentados de mayor alcance del que se ha producido", añadió, señalando que los atacantes debieron actuar "de manera más rudimentaria siguiendo la estela de los otros atentados en ciudades europeas".
Así, atacaron primero el jueves en Barcelona a una hora de la tarde en la que la avenida de la Ramblas estaba llena de turistas, con un furgoneta blanca que descendió a toda velocidad y arrolló a decenas de peatones, matando a 13 personas.
El conductor bajó del vehículo y salió corriendo. Su paradero oficialmente es aún desconocido.
Horas más tarde, pasada la medianoche, un Audi A3 arrolló a varias personas en el paseo marítimo de Cambrils. El coche impactó contra un vehículo de policías regionales, quienes dispararon contra los sospechosos.
La policía sospecha que ambos ataques son obra de un "grupo de personas", cuyo número no precisó, vinculadas con el hallazgo de cuatro vehículos y las cuatro localidades catalanas en el centro de la investigación: Barcelona, Cambrils, Alcanar y Ripoll, donde se detuvo a tres personas, entre ellas a Driss Oukabir, hermano de otro sospechoso.
Según la prensa española, las autoridades buscan aún a cuatro sospechosos.
Llamando a la unidad, el jefe de gobierno Rajoy expresó en Barcelona que
"es muy importante que seamos capaces de trabajar juntos (...) y seamos capaces de trabajar como un equipo", en un mensaje velado al gobierno independentista catalán, que pretende separarse de España.
Hay al menos 35 nacionalidades entre las víctimas de Barcelona, que venían de países como Francia, Venezuela, Australia, Irlanda, Perú, Argelia y China, según la agencia española de protección civil.
Dos italianos, una belga, una portuguesa y un estadounidense murieron en el atentado de Barcelona, según confirmaron sus gobiernos.
De los 126 heridos en los dos ataques, 61 han sido dados de alta, pero 17 siguen en estado crítico, indicó el organismo en su último parte.
Este viernes seguían apareciendo historias trágicas consternadoras de familias afectadas por los ataques.
"Desaparecido en Barcelona", puede leerse en un mensaje colgado en Facebook colgado por Tony Cadman, quien busca a su nieto de siete años que desapareció en el ataque de las Ramblas.
Debajo del texto, una fotografía muestra a un niño sonriente, identificado como su nieto Julian Alessandro Cadman, con una sudadera de color verde y el nombre de su guardería.
"Encontramos a Jom (mi nuera) y ella está grave pero estable en el hospital" pero el niño todavía no ha aparecido, dice la publicación.
España, el tercer destino turístico más popular del mundo, había quedado al margen hasta ahora los recientes ataques yihadistas que el EI perpetró en Francia, Bélgica, Alemania y Reino Unido.
Sin embargo, el 11 de marzo de 2004, el país vivió los peores atentados yihadistas cometidos en Europa con varias bombas en trenes de cercanías de Madrid que causaron 191 muertos. En esa ocasión fueron reivindicados por Al Qaida.
Esta experiencia y su larga lucha contra la organización separatista vasca ETA -que cometió en 1987 su atentado más mortífero en un centro comercial de Barcelona (21 muertos)- llevaron al país a reforzar sus servicios de inteligencia y a practicar una política de detenciones preventivas de sospechosos de yihadismo.
Cataluña tiene la mayor concentración de islamistas radicalizados en el país junto con Madrid y las ciudades de Ceuta y Melilla, enclaves españoles en el norte Marruecos.
[Agencia AFP]