El secretario de Estado, Rex Tillerson, visitará Perú en su gira latinoamericana de enero e irá a la Cumbre de Lima en marzo, dos citas que estarán marcadas por la crisis política y social en Venezuela.
Estos son los dos compromisos que se lleva este martes de su visita a Washington el canciller peruano, Ricardo Luna, una de las voces internacionales más críticas con el Gobierno de Nicolás Maduro.
"Él (Tillerson) tiene previsto un viaje a América Latina en enero, no ha definido a qué países, pero obviamente es de su interés intensificar el grado de concertación que tenemos", dijo, sobre todo, respecto a la crisis venezolana, el asunto regional que más preocupa a EEUU.
"Naturalmente he invitado al secretario de Estado a que visite Perú (en esa gira) y él ha aceptado", agregó.
El ministro peruano hizo estas declaraciones a un reducido grupo de periodistas, entre ellos Efe, a su salida del Departamento de Estado tras reunirse con su homólogo estadounidense.
El viaje de Tillerson, que aún no ha sido confirmado oficialmente por el Departamento de Estado, sería su primera gira latinoamericana y llegaría justo al cumplirse un año de su llegada a la jefatura diplomática de EEUU de la mano del presidente Donald Trump.
La visita de más alto nivel del Gobierno de Trump a la región ha sido hasta ahora la del vicepresidente Mike Pence, en agosto, cuando visitó Panamá, Colombia, Argentina y Chile.
Ese viaje, como todo apunta que ocurra con el de Tillerson, estuvo marcado por la crisis venezolana y, sobre todo, por las polémicas declaraciones de Trump justo antes de su partida, cuando dijo que no descartaba la "opción militar" en el país petrolero.
El tema de la crisis política y social en Venezuela está presente en todas las conversaciones de Trump y su equipo con los Gobiernos latinoamericanos desde su victoria electoral en noviembre del año pasado.
Esa crisis planeará también sobre la Cumbre de las Américas que acogerá Lima en marzo de 2018, una cita clave tras la histórica de Panamá de 2015, marcada por ser la primera a la que acudió Cuba.
El canciller peruano confirmó que Venezuela será invitada a la cita continental porque, aunque es muy crítico con el Gobierno de Nicolás Maduro, "no se puede romper la tradición de invitar a todos los países del hemisferio occidental".
"Evidentemente siempre hay un riesgo de que eso sea un tema que pueda distorsionar el sentido de la cumbre, pero es improbable si es que se trabaja bien el tema de la corrupción y la gobernabilidad (el tema oficial de la cita) que lo estamos haciendo bastante bien", añadió.
Preguntado por qué lecciones han aprendido los países americanos que quieren presionar a Maduro tras su fracaso en la Asamblea General de la OEA el pasado junio en Cancún (México), Luna respondió "que hay que preparar las cosas mejor".
En Cancún, un numeroso grupo de países potentes del continente (entre ellos EEUU, México, Perú o Colombia) no lograron aprobar una condena a Maduro porque el bloque caribeño se mantuvo fiel al chavismo, que le ha proporcionado petróleo subvencionado y otros programas de ayuda durante más de una década.
El canciller peruano se mostró escéptico con el nuevo intento de diálogo entre el Gobierno y la oposición de Venezuela y aseguró que, si él fuera venezolano, no participaría en esas conversaciones.
"Si yo fuera venezolano, no iría al diálogo", afirmó, ante la pregunta de qué le recomendaría hacer a la oposición venezolana.
Consultado sobre qué esperan EEUU y Perú del diálogo en Venezuela, Luna se mostró escéptico con ese proceso y reclamó unidad a la oposición venezolana.
"Es un diálogo que no se sabe si realmente es un diálogo para qué, por un lado probablemente hay mucha esperanza de que por lo menos dos asuntos pueden ser resueltos como precondición de este no sé si real o posible diálogo, que es una la liberación de los presos políticos", dijo.
"Y segundo -prosiguió- la programación de las elecciones libres y supervisadas, pero si eso se da sin tener una clara unidad de la oposición, evidentemente eso puede ser manipulable por el régimen".
Parte de la oposición ha decidido volver a intentar el diálogo con el Gobierno de Nicolás Maduro a partir del 1 de diciembre en Santo Domingo, con el acompañamiento de los cancilleres de México, Paraguay, Chile, Bolivia y Nicaragua y el presidente dominicano, Danilo Medina.
Sin embargo, otros sectores del antichavismo se oponen frontalmente a ese intento de acercar posiciones con el Gobierno.
(EFE)