El preso político Juan Enrique Pérez, condenado a 8 años de prisión por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021, fue trasladado al hospital de la prisión Combinado del Este, en La Habana.
“Está en un hospital que tienen para la atención a nivel nacional de los reclusos. Consideraron moverlo para allá porque reconocen que los hospitales en la parte civil están muy carentes”, dijo a Martí Noticias Layda Jacinto, madre de otro preso político.
Pérez se encontraba cumpliendo su condena en la cárcel de Quivicán, en la provincia de Mayabeque. Desde junio, el prisionero político presentaba un cuadro febril. El joven tiene además signos de parálisis facial.
"Él comenzó desde el 27 de junio un síndrome febril que ya es prolongado y se mantiene con fiebre. Le hicieron unos rayos X de tórax y un leucograma y le dijeron que era negativo pero continuó con fiebre, mucho malestar, mucho decaimiento y los desmayos", detalló.
"Es hipertenso, sin control de tratamiento, o sea, sin un seguimiento adecuado, diagnosticado por psiquiatría, pero sin medicamentos”, apuntó.
Pérez fue condenado por supuestos delitos de desacato, desórdenes públicos y sabotaje. Durante las protestas en el poblado de Vegas, en el municipio Nueva Paz, Mayabeque, portaba un cartel con la frase: "era tanta el hambre que nos comimos el miedo".
En sus 4 años de encierro, ha realizado varias huelgas de hambre. La plataforma de asesoría jurídica Cubalex ha denunciado que a Pérez se le ha negado atención médica en reiteradas ocasiones, mientras permanece en condiciones que describen como inhumanas. Según Cubalex, esto, junto a los maltratos constantes, constituye una violación de las Reglas Mandela, normas internacionales que el Estado cubano asegura cumplir.
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