Tras ganar las elecciones generales del lunes pero perder la mayoría absoluta en el Parlamento, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, líder del Partido Liberal, se enfrenta a partir de este martes al desafío de formar Gobierno con acuerdos puntuales con los partidos de la oposición.
Los resultados provisionales dados a conocer este martes por el organismo público Elecciones Canadá con el 99,6 % del escrutinio, otorgan a los liberales de Trudeau 157 de los 338 escaños de la Cámara Baja del Parlamento, con 5,9 millones de votos, el 33,1 % de las papeletas emitidas.
En segundo lugar ha quedado el Partido Conservador (PC) que, aunque logró más votos que los liberales, 6,1 millones, lo que supone el 34,4 %, tendrá que contentarse con 121 diputados por el particular sistema electoral canadiense, basado en el sufragio directo.
Con estos resultados, Trudeau tendrá que echar mano de acuerdos puntuales con los partidos de la oposición, preferentemente el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD) y en menor medida
con el soberanista Bloque Quebequés (BQ), que fue el más claro ganador de la noche electoral.
El BQ triplicó el número de escaños y pasó de 10 a 32 al obtener 1,4 millones de votos (un 9,5 %); mientras que, con 2,8 millones de sufragios (15,9%), el NPD perdió 20, muchos de ellos en Quebec, y en la nueva legislatura tendrá que conformarse con 24 asientos.
El resto de escaños quedan repartidos entre el Partido Verde (3 escaños) y una diputada independiente, la exministra liberal Jody Wilson-Raybould.
Con NPD o BQ, Trudeau consigue sumar más de los 170 diputados que garantizan la aprobación de las medidas que presente el Gobierno en el Parlamento.
Lo que está prácticamente descartado es un Gobierno de coalición, algo inédito en la historia del Ejecutivo federal de Canadá.
Hoy, el líder del NPD, Jagmeet Singh, tendió la mano a Trudeau al declarar que su partido "será constructivo y respetará las decisiones realizadas por los canadienses", aunque también dejó claro que no venderá barato su respaldo.
El mayor problema para Trudeau es ahora reconstruir las relaciones con el oeste del país, donde los liberales han desaparecido prácticamente tras las elecciones de este lunes.
Históricamente, las relaciones de los partidos de centro e izquierda con las provincias de las llamadas Praderas de Canadá (Alberta, Saskatchewan y Manitoba) siempre han sido difíciles.
Estas tres provincias, cuyas economías están basadas en la ganadería, la agricultura y la explotación de recursos naturales, especialmente petróleo, son la reserva natural del conservadurismo más recalcitrante del país.
Y los conservadores han hecho de la lucha contra la crisis climática la bandera con la que unir el oeste contra los liberales de Trudeau, que en la pasada legislatura estableció un impuesto a las emisiones de carbono que ha sido rechazado por las tres provincias.
Este lunes, los conservadores arrasaron en las Praderas: en Alberta, la cuarta más poblada del país y corazón del sector petrolero, el PC se ha hecho con 41 de los 42 diputados en juego. La única excepción ha sido la elección de un diputado del socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD) en la ciudad de Edmonton.
En la vecina provincia de Saskatchewan, los conservadores han barrido al quedarse con todos sus diputados, 14; y en Manitoba, los conservadores han ganado 7 de los 14 diputados.
La principal reivindicación de Alberta es la construcción de oleoductos que permitan exportar hacia el este y el oeste el petróleo generado por las inmensas reservas de los yacimientos de arenas bituminosas de su territorio, pero la expansión de la producción de crudo es contraria al compromiso de Trudeau de luchar contra la crisis climática.
Mientras, en Ontario y Quebec, donde reside el poder electoral de los liberales, la población está mayoritariamente a favor de medidas medioambientales y reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono.
Como señaló este martes en el periódico The Globe and Mail la politóloga Lori Turnbull, aunque los resultados de la elección parecen indicar que Canadá está polarizada, la realidad es que el sistema de sufragio directo, en el que solo cuentan los votos obtenidos por el candidato ganador es lo que falla.
"A primera vista, con cinco diferentes partidos listos para ocupar el 43 parlamento federal, el país parece polarizado. Una mirada más profunda sugiere otra narrativa: sólo es un sistema de partidos dividido", explicó Turnbull.