Cuando se cumplen 45 años de la última pisada humana en la Luna, el presidente, Donald Trump, instó hoy a la NASA a "soñar en grande" y establecer "una base" en el satélite como paso previo para llegar en la primera misión tripulada a Marte.
"Esta vez no solo colocarán la bandera y dejarán su huella en la Luna, sino que también establecerán una base para un eventual viaje a Marte, y quizá, algún día, a muchos mundos más allá", dijo Trump en una ceremonia en la Casa Blanca en referencia a la última caminata lunar de la misión Apolo 17 en 1972.
La histórica llegada de astronautas a la Luna se produjo el 20 de julio de 1969 cuando Neil Armstrong pronunció su famoso "es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad". Desde ese momento, solo 12 personas han pisado la Luna, todos ellos estadounidenses.
El mandatario hizo el anuncio durante la firma de la Directiva de Política Espacial 1, que busca consolidar como meta explícita del gobierno estadounidense establecer la base en la Luna y el viaje a Marte. Trump aseguró que la directiva "reenfocará el programa espacial de EEUU en la exploración humana y el descubrimiento".
De acuerdo al texto oficial, se modificará "la política de vuelos espaciales tripulados del país para ayudar a EEUU a convertirse en la fuerza principal en la industria espacial, obtener nuevos conocimientos del cosmos, e impulsar tecnología increíble".
"Imaginen la posibilidad que nos espera en esas hermosas y enormes estrellas si nos atrevemos a soñar a lo grande. Eso es lo que nuestro país está haciendo de nuevo, estamos soñando a lo grande", recalcó Trump.
El presidente estuvo acompañado en el acto por el director interino de la NASA, Robert Lightfoot; Peggy Whitson, la primera mujer astronauta comandante de la Estación Espacial Internacional (EEI), y por el vicepresidente, Mike Pence.
La última vez que EEUU envió una misión tripulada fuera de la órbita terrestre fue en 1972, en la Apolo 17, y en la que dos de sus astronautas, Eugene Cernan y Harrison "Jack" Schmitt, llevaron a cabo tres caminatas sobre la superficie lunar.
El propio Schmitt, de 85 años, estuvo también presente en el acto, 45 años después de su paseo lunar. En su intervención, el vicepresidente Pence, que preside el Consejo Nacional Espacial, afirmó que "EEUU parece haber perdido su ventaja en el espacio".
"Antes que liderar en el espacio, demasiado a menudo nos hemos dejado llevar y, como aprendimos 60 años atrás, cuando nos dejamos llevar nos quedamos atrás", dijo Pence.
Desde 2011 la NASA no cuenta con vehículos espaciales propios y sus astronautas deben viajar en cápsulas rusas para desplazarse a la Estación Espacial Internacional, aunque se espera que a finales del próximo año comiencen a trasladarse en cohetes espaciales privados de empresas como SpaceX.
Tanto George H. W. Bush como Barack Obama, los últimos dos predecesores de Trump en la Casa Blanca, llamaron a revitaliza el programa espacial y regresar a la Luna, aunque Obama finalmente apostó más por el proyecto a Marte.
Ambos chocaron, sin embargo, con problemas de financiación por parte del Congreso estadounidense, por lo que está por ver si Trump lo conseguirá.
En declaraciones a la radio pública NPR, John Logsdon, historiador del espacio de la Universidad George Washington, no se mostró sorprendido por la propuesta.
"La cuestión ahora es si la Casa Blanca propondrá y el Congreso aportará los fondos necesarios para convertir las palabras en realidad", sostuvo Logsdon.
EFE