“Definitivamente, lo haré”, dijo el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, acerca de la posibilidad de que invitara a la Casa Blanca al heredero del régimen dinástico norcoreano, Kim Jong Un, durante la conferencia de prensa posterior a la reunión de cinco horas entre ambos gobernantes este martes en la isla de Sentosa, en Singapur.
"Ambos queremos hacer algo. Ambos vamos a hacer algo. Y hemos desarrollado un vínculo muy especial", dijo Trump al concluir el inusitado encuentro.
"La gente estará muy impresionada. La gente estará muy feliz".
En el documento conjunto que él y Kim firmaron, el líder norcoreano "reafirmó su firme e inquebrantable compromiso de completar la desnuclearización de la península de Corea". A cambio, Trump acordó "proporcionar garantías de seguridad" a Corea del Norte.
La declaración excluye por ahora la meta anterior de Estados Unidos de una "desnuclearización completa, verificable e irreversible", aunque poco antes de partir de Singapur en el avión Air Force One Trump dijo a reporteros que “Vamos a tener que revisarla, y la vamos a revisar, tendrá que ser total y completa”.
Kim por su parte reiteró los compromisos asumidos en una cumbre también histórica que sostuvio en abril con el presidente surcoreano Moon Jae-in.
Trump insistió durante la conferencia de prensa que el acuerdo fue más allá de lo que mucha gente esperaba. Pero reconoció que el esfuerzo para que Corea del Norte se deshaga de su arsenal nuclear estaba en sus primeras etapas.
"Lo haremos tan rápido como sea posible mecánica y físicamente", dijo.
También reveló que Kim Jong Un le había dicho que Corea del Norte estaba destruyendo un importante sitio de prueba de motores utilizados para misiles, pero aseguró que las sanciones internacionales contra Pyongyang seguirán vigentes por el momento.
Confirmó el mandatario que los ejercicios militares con Corea del Sur se suspenderán, una decisión que le ahorrará a Washington mucho dinero, y que las maniobras no serán reanudadas "a menos que veamos que la futura negociación no funciona como debiera".
"Algunas cosas fueron acordadas, pero no se reflejaron en el acuerdo", indicó Trump.
Más importante, en sus palabras, fue el desarrollo de "un vínculo personal" con Kim, un dictador brutal responsable de las muertes no solo de sus propios ciudadanos, sino de al menos un estadounidense, Otto Warmbier, quien fue devuelto a EE. UU. el año pasado solo cuando ya estaba en estado de coma, para morir días después.
Durante la conferencia de prensa, se le preguntó al presidente si había abordado con Kim el caso de Warmbier.
"Sin Otto, esto no habría sucedido", respondió el mandatario, enfocando la muerte del joven como una contribución para que la cumbre tuviera lugar
Las amenazas de Trump de abandonar sin mucho ruido la reunión en caso de que sus expectativas no se cumplieran no se materializaron. En cambio, predijo que podría "resolver un gran problema, un gran dilema" junto a su nuevo socio.
"Trabajando juntos, lo solucionaremos", dijo.
Una cumbre con Corea del Norte fue, durante décadas considerada una quimera, y ello fue resaltado por Kim: "Mucha gente en el mundo pensará en esto como una forma de fantasía ... una película de ciencia ficción", se escuchó decir a su intérprete mientras los dos caminaban entre columnas blancas.
Al final de la cumbre, Trump elogió las conversaciones como un logro histórico y personal. "Aprendimos mucho uno del otro y sobre nuestros países", dijo Trump. "Aprendí que es un hombre muy talentoso".
La cadena CNN, que no ha tenido buenas relaciones con el presidente estadounidense desde antes de que llegara a la Casa Blanca, resumió así la reunión de Singapur:
“Si el desarme nuclear es el resultado final de la cumbre de este martes no se sabrá en años, quizás en décadas. Pero el acto dramático de extender la mano a uno de los adversarios históricos de Estados Unidos ilustrará para siempre el estilo de Donald Trump, de romper las reglas y guiarse por el instinto”.