Con las cinco primarias en las que arrasó contra sus rivales el martes, el magnate neoyorquino Donald Trump se autoproclamó el "probable ganador" de las primarias presidenciales del Partido Republicano.
La exsecretaria de Estado Hillary Clinton ganó cuatro de las cinco primarias, con lo cual también se asegura un pase casi seguro a la nominación del Partido Demócrata a la Presidencia.
Tanto es así, que Trump y Clinton –los dos– ya comenzaron a atacarse el uno al otro.
Trump, que además de ser billonario es genial en el mercadeo, dijo el martes en la noche que la única carta que Clinton tiene es la de ser mujer. Fuera de eso, dijo que la ex Primera Dama y Senadora por el estado de Nueva York, no tiene talento para ser presidenta de Estados Unidos.
Clinton, ni corta ni perezosa le respondió anoche mismo. Dijo a los que la entrevistaban en vivo que si jugar la carta de ser mujer era porque ella favorecía un pago igual a las mujeres que a los hombres que hacen el mismo trabajo; que si eso decía que ella creía que la mujer tenía el derecho a hacer con su cuerpo lo que ella considerase fuera mejor a la hora de decidir si quiere abortar un embarazo o no, ella aceptaba con gusto lo que Trump había dicho como insulto.
Dijo que creer y defender los derechos de la mujer la hacen mejor candidata y que no es como Trump insinuó, un pequeño insulto.
En el Partido Republicano, tanto el senador de Texas Ted Cruz como el gobernador de Ohio John Kasich vieron desaparecer sus aspiraciones a la nominación republicana. La suma de los votos de estos dos candidatos fue menor en todos los estados que las de Trump.
Lo de Clinton no fue tan apabullante. Pero ella sólo perdió el estado de Rhode Island, donde su rival el senador de Vermont Bernie Sanders le sacó una sólida ventaja.
Pero, a pesar de haber perdido una de cinco primarias, Clinton al igual que Trump ahora parecen ser los seguros candidatos de sus respectivos partidos políticos.
La decisión del Partido Republicano se llevará a cabo en Cleveland; mientras que la del Partido Demócrata ocurrirá en Pennsylvania.
A menos que ocurra algo inesperado, los dos candidatos ya se sienten seguros de que ellos van a ser los nominados. Por supuesto que en política puede suceder cualquier cosa en cualquier momento, pero esta vez esa ventana se les va cerrando a los otros candidatos.
Ni siquiera un pacto de último momento entre Cruz y Kasich para ir los dos contra Trump les dio los resultados deseados. El pacto fue muy tardío y hecho con poco cuidado. Ninguno de los dos candidatos hizo lo que el pacto quería que cada uno de ellos hiciera.
Uno tiene que imaginarse que los casi seguros perdedores van a abandonar sus campañas. Pero no es así. Tanto Cruz como Kasich por el Partido Republicano y Sanders por el Demócrata van a continuar sus esfuerzos.
En el caso de Sanders, un portavoz de su campaña dijo que en algún momento el miércoles él iba a anunciar si continuaba sus ataques agresivos contra Clinton o iba a empezar a moderar su discurso político para no darle más municiones al Partido Republicano para atacar a Clinton.
Todavía faltan primarias en mayo y junio. El ciclo de primarias se cierra en junio con las de California. Cada día que pasa, tanto Clinton como Trump se acercan más al número de delegados necesarios para obtener la nominación de sus respectivos partidos.
Pero todavía hay imprevistos que pueden afectar a los candidatos principales de los dos partidos. Si no hay sorpresa ya tenemos casi certeza de que en noviembre veremos una contienda entre Clinton y Trump.
Parece que va a ser muy interesante.