El presidente ruso Vladimir Putin y el presidente electo estadounidense Donald Trump hablaron por teléfono el lunes sobre sus esfuerzos futuros para mejorar las relaciones entre ambas naciones, señalaron el Kremlin y la oficina de Trump.
"El presidente electo Trump le dijo al presidente Putin que tiene mucho interés en tener una relación sólida y duradera con Rusia y con el pueblo de Rusia", afirmó la oficina de Trump en un comunicado.
El Kremlin, en una versión mucho más específica y más larga, indicó que Putin felicitó a Trump por su victoria y manifestó la buena disposición de Rusia para "establecer un diálogo como de socios con el nuevo gobierno, basado en la igualdad, el respeto mutuo y la consideración de ambas partes respecto a sus asuntos internos".
La oficina de Trump dijo que Putin lo llamó para "ofrecer sus felicitaciones por ganar una elección histórica".
"Durante la llamada telefónica, los dos líderes abordaron una variedad de asuntos, incluidas las amenazas y retos que enfrentan Estados Unidos y Rusia, asuntos económicos estratégicos y la histórica relación rusa-estadounidense que se remonta a hace más de 200 años", agregó la oficina.
En su versión, el Kremlin dijo que tanto Putin como Trump estuvieron de acuerdo en que las relaciones entre ambas naciones están actualmente en una condición "extremadamente insatisfactoria".
"Hablaron a favor de un trabajo conjunto activo para normalizar las relaciones e involucrarse en una cooperación constructiva sobre una variedad de asuntos", señaló el Kremlin, al tiempo que añadió que Putin y Trump enfatizaron la necesidad de desarrollar el comercio y la cooperación económica para dar una base sólida a las relaciones ruso-estadounidenses.
Putin y Trump estuvieron también de acuerdo en la necesidad de continuar los esfuerzos en el combate a su enemigo número uno, "el terrorismo y el extremismo internacional", y bajo ese contexto conversaron en torno al arreglo de la crisis siria, según Moscú.
El cómo combatir juntos en Siria, donde Rusia apoya al presidente Bashar al-Assad y Estados Unidos respalda a los insurgentes que lo combaten y que también luchan contra el Estado Islámico, ha sido uno de los principales desacuerdos entre el presidente Barack Obama y Putin.
Obama inició su presidencia con la meta de "reiniciar" los vínculos con Moscú, pero a la larga éstos se desplomaron a su punto más bajo desde la Guerra Fría debido a los conflictos en Siria y en Ucrania, donde Moscú terminó anexándose Crimea.
El Washington Post comenta que si Trump diera a Putin carta blanca sobre Siria y Ucrania se opondría directamente a la política de la administración Obama, que, entre otras cosas, ha pedido una investigación internacional de crímenes de guerra sobre las acciones de Moscú en Siria. Agrega que también podría socavar las actuales negociaciones europeas con Rusia sobre Ucrania, y el apoyo a las sanciones de Estados Unidos y de la Unión Europea.
El Post recuerda que durante su campaña Trump elogió repetidamente a Putin como un líder fuerte.
El Kremlin dijo que Putin y Trump acordaron continuar los contactos telefónicos y planear una reunión personal en el futuro.