Dos ucranianos fallecieron en los desafíos de manifestantes proeuropeos y fuerzas especiales de la Policía.
Por segundo día consecutivo, el presidente ucraniano Víctor Yanukóvich se reúne con los líderes de la oposición. Las exigencias de los manifestantes incluyen la derogación de la ley aprobada el 16 de enero, que regula las protestas y la renuncia del gabinete.
El primer ministro, Mikola Azarov, mientras tanto está en Davos, Suiza, en el Foro Económico Mundial, jura controlar la situación en Kiev y que dimite cuando el Parlamento lo decida.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, habló el jueves por teléfono con el presidente Yanukóvich y le advirtió de “consecuencias” en las relaciones si no ayuda a la estabilización del país. Los ataques a los periodistas, ataques a opositores y reportes de personas desaparecidas fueron temas de la conversación. Esa estabilización incluye un diálogo constructivo con la oposición y no permitir el uso de la fuerza contra los manifestantes.
Yanukóvich prometió no decretar el estado de emergencia en el país. Precisamente hoy viernes aterriza en Kiev el Comisario Europeo de Ampliación y Vecindad, Stefan Fule y la jefa de política exterior, Catherine Ashton, podría estar en Ucrania la semana próxima. Para el martes 28 de enero ha sido convocada una sesión especial de la Rada (parlamento) donde se analizará la situación del país.
Vitali Klischtkov, el más carismático de los líderes opositores, pidió a los manifestantes una tregua en el duelo callejero con la policía. A pesar del pedido del campeón de boxeo, las imágenes del día son los gases lacrimógenos, las gomas quemadas, las catapultas que lanzan piedras sobre las barricadas y manifestantes golpeados y desvestidos por la Policía, en medio de la nevada.
Por segundo día consecutivo, el presidente ucraniano Víctor Yanukóvich se reúne con los líderes de la oposición. Las exigencias de los manifestantes incluyen la derogación de la ley aprobada el 16 de enero, que regula las protestas y la renuncia del gabinete.
El primer ministro, Mikola Azarov, mientras tanto está en Davos, Suiza, en el Foro Económico Mundial, jura controlar la situación en Kiev y que dimite cuando el Parlamento lo decida.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, habló el jueves por teléfono con el presidente Yanukóvich y le advirtió de “consecuencias” en las relaciones si no ayuda a la estabilización del país. Los ataques a los periodistas, ataques a opositores y reportes de personas desaparecidas fueron temas de la conversación. Esa estabilización incluye un diálogo constructivo con la oposición y no permitir el uso de la fuerza contra los manifestantes.
Yanukóvich prometió no decretar el estado de emergencia en el país. Precisamente hoy viernes aterriza en Kiev el Comisario Europeo de Ampliación y Vecindad, Stefan Fule y la jefa de política exterior, Catherine Ashton, podría estar en Ucrania la semana próxima. Para el martes 28 de enero ha sido convocada una sesión especial de la Rada (parlamento) donde se analizará la situación del país.
Vitali Klischtkov, el más carismático de los líderes opositores, pidió a los manifestantes una tregua en el duelo callejero con la policía. A pesar del pedido del campeón de boxeo, las imágenes del día son los gases lacrimógenos, las gomas quemadas, las catapultas que lanzan piedras sobre las barricadas y manifestantes golpeados y desvestidos por la Policía, en medio de la nevada.